- La multinacional alemana paga 38 millones de euros de multa en Israel por sobornos en la licitación de turbinas para las centrales eléctricas.
- La compañía evita así una demanda penal.
- Y los representantes de Siemens, tan contentos: "Esta es una solución equilibrada y apropiada para las circunstancias de este asunto".
Suma y sigue. No es la primera y probablemente tampoco sea la última vez que
Siemens paga una multa millonaria por sobornar a directivos o funcionarios con el fin de lograr suculentos contratos. En 2007,
Peter Löscher fue nombrado presidente y consejero delegado con el objetivo de lavar la imagen de la multinacional. Hasta entonces, las multas, los abogados, la devolución de impuestos, etc. le habían costado a la empresa unos 1.500 millones de euros. La tarea iba a resultar titánica, como se pueden imaginar.
En cualquier caso,
Löscher abandonó repentinamente la compañía en julio de 2013 –con una indemnización de 15 millones de euros más otros 30 de su plan de pensiones- y fue sustituido por el director financiero,
Joe Kaeser (
en la imagen). Y es que, bajo el mandato de
Löscher la compañía no logró cumplir varios plazos importantes como, por ejemplo, la entrega de 16 trenes a la empresa de ferrocarriles alemán, Deutsche Bahn.
Sea como fuere, los escándalos no han cesado. El último, en Israel, donde las autoridades le han impuesto una multa de
38 millones de euros. El motivo, los sobornos por valor de cientos de miles de dólares que la multinacional transfirió hace diez años a seis ejecutivos de la
Compañía Eléctrica Israelí para asegurarse encargos de turbinas para centrales eléctricas. Los ejecutivos fueron detenidos en diciembre de 2014.
Alguien podría pensar que el castigo a
Siemens es adecuado, y tal vez lo sea. Ahora bien, llama la atención -y resulta sospechosa- la reacción de los responsables de la compañía ante la multa impuesta, y que han difundido los
medios de comunicación del país: "Estamos encantados de que el fiscal encontró lo que hay que hacer para llegar a un acuerdo con
Siemens y se abstuviera de presentar una demanda penal contra Siemens. Ésta es una solución equilibrada y apropiada para las circunstancias de este asunto".
Es decir,
la empresa alemana admite que sobornó a los directivos israelíes y da por buena la multa si con ella esquiva un proceso penal. Le sale a cuenta. Y la historia continúa.
Pablo Ferrer
pablo@hispanidad.com