- El negocio típico no funciona: el margen de explotación anda en caída libre.
- Las antiguas cajas gallegas continúan viviendo de bonificaciones fiscales y beneficios de una operación 'curiosa' de adjudicación.
- Por lo demás, mucho ROF y mucha desinversión. Pero la hora de la verdad, de ganar dinero con el negocio de siempre, se aproxima.
- Y la hora de pagar también.
Ya llevamos algunos meses recibiendo señales de que
Abanca está "viva". La entidad del hispano-venezolano
Juan Carlos Escotet (
en la imagen), máximo accionista del grupo Banesco -88,3%-, se encuentra en el escaparate mediático que desea su máximo representante y acaba de presentar
sus resultados correspondientes al primer semestre.
Desde aquel primer golpe encima de la mesa, en la puja por la entidad, en la que para evitar una segunda vuelta en la adjudicación, presentó una oferta de 200 millones de euros (M€) más que la segunda oferta, dejando fuera algunos "tops" como Santander, BBVA o CAIXABANK, amén de algún fondo como Guggenheim, Escotet dejó clara la apuesta de
Banesco por las antiguas cajas de ahorros gallegas, que durante el pasado mes de junio han cumplido un año de su autonomía del FROB.
Eso sí, la apuesta tenía trampa: no era mejor que la de sus competidores, simplemente, como las cuentas de Abanca, estaba inflada.
La apuesta ha quedado reforzada en la pasada junta, en la que se aprobó destinar los 1.157 millones de euros (M€) de los resultados del ejercicio 2014 (más de la mitad conseguidos por bonificaciones fiscales), a reforzar sus fondos propios. Decisión tomada en contra de la propuesta del consejo de administración, que el pasado febrero acordó que 150M€ se destinasen al pago de un dividendo, de tal forma que Banesco en función de su 88,3% de participación percibiese los 132M€ que le corresponderían y pagar parte de los 600M€ que aún le quedan por liquidar al FROB de los 1.003 ofrecidos en la puja por
Novagalicia.
Pero este ejercicio, en el que celebra el primer aniversario de su independencia como entidad fuera del abrigo del
FROB, las cifras, a pesar de la presentación ligeramente triunfalista, no parecen en la línea de la excepcionalidad del ejercicio anterior. El resultado, 182M€,unos 132M€ menos que en 2014, no parecen que sea una buena cifra, en especial si se tiene en cuenta que prácticamente todos los epígrafes de la cuenta de resultados son inferiores al ejercicio anterior: 66M€ menos de margen de intereses, 181M€ más de provisiones y dotaciones, 80M€ menos en el resultado de participaciones… Sólo los ingresos por prestación de servicios y otras ganancias, no de explotación, han dado la ligera nota positiva en la cuenta de resultados.
A la vista de esta corrección en la cuenta de resultados, parece que a los directivos de la entidad les han parecido unas buenas cifras, quizás teniendo en cuenta que, más del 50% del resultado positivo del 2014, fue gracias a las bonificaciones fiscales de la antigua Nova Caixa Galicia. Así, haber obtenido un resultado superior al 50% del ejercicio anterior les parece más que aceptable. Si es así no deben olvidar que el resultado de explotación es inferior en un 50% al de 2014: 211M€ frente a los 520M€ del ejercicio precedente.
Y esto ¿que significa?, pues la respuesta puede estar en una noticia de este mismo mes, ya que Abanca continúa con su
plan de desinversiones de esos los manidos activos no estratégicos. Así, en este mes ha sido la eólica
Galenova, adjudicataria en el 2008 de suculentos concursos del gobierno gallego, pero entre el 2012 y 2014 Abanca ingresó 288 millones por las más de 60 operaciones de venta de participadas.
Mejores son las cifras de
morosidad, que se sitúan este ejercicio en el 9,9%, que significa una reducción del 42% respecto al mismo periodo del 2014, ligeramente elevada para la media de otras entidades, pero si miramos que venía del 17% en junio de 2014, ese 9,9% les debe saber a gloria a los responsables de Abanca.
El crecimiento del
crédito ha sido notorio pues el volumen de financiación se ha duplicado, pasando de 2.544M€ en el primer semestre 2014 a los 5.135M€ en el mismo periodo de 2015.
Probablemente los administradores de la entidad conocían y conocen la dificultad de un proyecto como Abanca sobre todo con la que ha caído en los últimos años y que aún no ha escampado, pero viendo la personalidad "peculiar" de Juan Carlos Escotet, no sé si la entidad llevará a buen puerto las previsiones de su plan de negocio, pero llenar paginas en los diarios, las llenará seguro.
Por lo demás, mucho ROF y mucha desinversión. Pero la hora de la verdad, de ganar dinero con el negocio de siempre, se aproxima.
Y la hora de pagar también. Por ahora, Escotet sólo ha desembolsado al FROB la tercera parte de los 1.000 millones de euros prometidos.
Rodrigo de Silos
rodrigode@hispanidad.com