Se enfrentan, valientes, a la momia de Franco.
Fuerte con el débil y débil con el fuerte. Ese es el lema y el modelo de actuación de Pedro Sánchez Pérez-Castejón. Lo ha dejado claro en apenas mes y medio de permanencia en Moncloa.
Por una parte, arremete contra los católicos en todos los frentes. Sabedor de que ahora ser cristiano supone un desdoro social, pretende aumentar los delitos de odio (la censura contra la Iglesia), al tiempo que proclama la eutanasia y expande la ideología de género en su doble versión: feminismo y homosexualismo. Por último, va a por la enseñanza concertada, es decir, a por la enseñanza católica. La nueva sociedad atea que pretende Sánchez hay que modelarla desde la niñez.
Moncloa intenta una derecha progre (Soraya) y alienta el proyecto III República
En sincronía, alienta el Proyecto III República: Juan Carlos I fuera de Zarzuela y Franco fuera del Valle de los Caídos. Como el aprendiz de brujo que siempe ha sido, Sánchez alienta la alianza socialista con comunistas de Podemos, y separatistas vascos y catalanes. Es decir, el frentepopulismo, mientras alienta el cainismo y el guerracivilismo español. No ha aprendido que en cuanto la socialdemocracia se vuelve cristófoba el comunismo se la come. Es Zapatero-2 y está dispuesto a cumplir su papel.
El presidente del Gobierno se enfrenta con coraje a la momia de Franco
Para el plan de Sánchez es importante una dereha progre, Soraya Sáenz de Santamaría mucho mejor que Pablo Casado. Porque la derecha progre puede resultar desesperante para una sociedad con principios como el ateismo agresivo que representa Sánchez. La tibieza cristiana es peor que la cristofobia.
La guinda de la tarta lo pone el valiente enfrentamiento del presidente del Gobierno con la momia de Franco, que ni tan siquiera socialistas que lenvan en su historial la lucha contra el Franquismo, caso de Alfonso Guerra, consiguen entender.
La nueva sociedad atea que pretende Sánchez hay que modelarla en la escuela, desde la niñez
Con todo esto, Sánchez Pérez-Castejón se muestra fuerte con Europa. Cede ante una política migratoria cobardona, al tiempo que practica ese capitalismo de Estado que se ha convertido en su vademécum económico: aumenta el peso del sector público (eso a Europa le encanta, aquí no hay liberales), mantiene déficit y deuda altos y los impuestos laborales disparados. Es decir, mantiene el paro eterno y la subvención limosnera del Estado para paliarlo.
Para romper este esquema, que implica reducir el gasto publico, no aumentarlo, Sánchez no tiene valor. Ahora bien, para pisarle el rabo al león después de muerto (Franco está muerto y la fe cristiana anda moribunda en España) para eso… ¡Sánchez da un paso al frente! ¡Di que sí!