- Hasta ahora había despreciado olímpicamente el voto católico.
- Sandra Moneo intentó convencer a Gil Tamayo de una campaña contra la ley LGTBI de Podemos.
- A cambio, la diputada pepera defenderá la asignatura de religión en las escuelas.
- Y es que en el PP siguen bajo el síndrome de las encuestas, que esta vez sí han hecho daño.
- Y en Ciudadanos ya se plantan forzar las elecciones anticipadas.
Cuando
Hispanidad preguntó al presidente del Gobierno qué podía ofrecer el PP al voto católico, el presidente se pensó: "Yo soy católico pero no quiero que me voten por eso".
Han pasado dos años y ahora sí, ahora Rajoy quiere que le voten justamente por eso. Y es que
las dos encuestas del pasado fin de semana han dejado huella en el PP. Rajoy teme, de verdad, que esto no es flor de un día y que se ha desarrollado la tendencia,
la peligrosa tendencia, cuesta abajo, de la que no sabe cómo salir. Ahora resulta que el 'Adán'
Rivera puede echarle de Moncloa. Y en poco tiempo.
Así que Rajoy ha dado orden de recuperar el
voto católico, el voto en valores. La verdad es que, hasta el momento, y siguiendo los consejos de
Arriola ("el voto católico no existe"), Mariano despreciaba el voto católico. Pero ahora lo necesita.
Y así es como la diputada pepera
Sandra Moneo habla con su amigo, el secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), padre
Gil Tamayo. Le propone dar
la batalla social contra el proyecto de ley LGTBI. Una ley que impone la
censura gay, pero
no más que la normativa sobre delitos de odio y no más que las leyes autonómicas sobre LGTBI. Por ejemplo, las normas de la
Comunidad de Madrid, de la pepera
Cristina Cifuentes.
Ah, pero como se trata de
Podemos, no del PP, la Conferencia intenta animar a asociaciones católicas, en especial al
Foro de la Familia, aún con el exsecretario de Estado del PP como mentor, para que se lancen contra la
ley podemita.
A cambio,
Sandra Moneo promete que el PP dará la batalla por la enseñanza de la religión (que no es mucho dado lo desmayada que se encuentra la asignatura) en el
Pacto sobre Educación.
En definitiva, que
para competir con Rivera Rajoy necesita recuperar el
voto católico, el que siempre despreció, y volver a posicionar al PP como el
defensor de los creyentes frente a Ciudadanos.
Para entendernos, la derecha tibia del PP marcando distancias contra la derecha pagana de Cs.
Y el
padre Gil, ingenuo él, ha entrado por esa vía.
Y es que el PP sigue bajo el
síndrome de las encuestas, que esta vez sí han hecho daño. Y en Ciudadanos ya se plantan forzar las
elecciones anticipadas. Y justo entonces es cuando Mariano se pone a rezar el rosario.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com