- Estados Unidos invadió Panamá para derrocar a su brutal régimen (1983-1989)... y para controlar el canal.
- Aunque, antes, Noriega había sido uno de los principales aliados de los estadounidenses.
- El exdictador pasó los últimos 26 años en cárceles de Estados Unidos, Francia y Panamá.
El
exdictador panameño Manuel Antonio Noriega murió el lunes a los 83 años tras haber marcado a sangre y fuego la historia del país centroamericano, que
Estados Unidos invadió para derrocar a su brutal régimen (1983-1989) que
espió para la CIA, trabajó con los narcotraficantes y torturó a sus enemigos, según
Reuters.
Noriega fue sometido a varias cirugías para extraerle un tumor benigno en el cerebro, sin embargo en el proceso tuvo recaídas de las cuales ya no se recuperó y falleció casi a la media noche del lunes, en un hospital estatal donde estuvo internado desde principios de marzo.
Minutos después de su muerte, el presidente de Panamá,
Juan Carlos Varela, confirmó el hecho a través de su cuenta oficial de Twitter con un mensaje.
"Muerte de Manuel A. Noriega cierra un capitulo de nuestra historia; sus hijas y sus familiares merecen un sepelio en paz", escribió el mandatario panameño.
Tras pasar los últimos 26 años en
cárceles de Estados Unidos, Francia y Panamá por el asesinato de enemigos políticos, lavado de dinero y narcotráfico, el anciano ex dictador logró en enero prisión domiciliaria
en casa de una de sus tres hijas para prepararse para la intervención.
Los largos años de reclusión, muchas veces aislado,
dos ataques cerebrovasculares y un cáncer de próstata dejaron al ex dictador en silla de ruedas y con aspecto frágil, una
versión reducida del osado general del Ejército que blandía enérgico un machete en sus mítines aplaudido por la multitud.
El 20 de diciembre de 1989, unos 28,000 soldados estadounidenses tomaron por asalto Ciudad de Panamá y lanzaron una dramática búsqueda para capturar, días después, al que fuera durante años uno de sus principales aliados en la región.
Lo hicieron para restablecer la democracia y ya, por el mismo esfuerzo, controlar el Canal de Panamá.
Cuando retornó a Panamá en diciembre de 2011, el país ya había superado su n
efasto legado y creció al calor de su famoso Canal interoceánico hasta convertirse en una de las economías más dinámicas de Hispanoamérica, aunque con una democracia todavía lacerada por la corrupción y las iniquidades sociales.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com