- Tras una nueva derrota en la segunda votación, llegará otra el 14 de mayo. Ojo, a una semana escasa de las municipales y autonómicas.
- Es mucho pedir para las tres formaciones que la pueden salvar con 16 abstenciones: Ciudadanos, Podemos y PP.
- Es acuerdo pareece más fácil con Ciudadanos, pero al PP también le puede dar un ataque de sentido común por aquello de la estabilidad.
- El Estatuto de Andalucía da dos meses para ser elegido por mayoría simple, con intervalos en las votaciones de 48 horas.
- Y si no hay acuerdo, la solución final son nuevas elecciones, que no se podrían convocar antes de septiembre.
Susana Díaz ha vuelto a pinchar este viernes en su aspiración para presidir la Junta de Andalucía. Ha pasado, dicho sea de paso, lo que estaba previsto que pasara: PP, Ciudadanos y Podemos, que tienen en su mano la investidura, han cumplido con su anunciado voto en contra. La pregunta del millón es qué pasará el próximo 14 de mayo, fecha de la tercera votación. El resultado en la segunda votación ha sido el mismo que en la primera, el martes pasado, aunque hay una diferencia esencial: en la primera necesitaba mayoría absoluta y a partir de ahora, le basta con mayoría simple. En otras palabras, necesita la abstención de al menos 16 parlamentarios de la oposición. Pero si nada cambia, tampoco logrará esa mayoría el próximo jueves, cuando se celebrará la tercera votación. Y hay un problema añadido: esa votación será en plena campaña electoral, una casualidad inoportuna para el futuro inmediato de Susana Díaz. A ver quién se atreve a ser el responsable de colocar a Díaz en la presidencia de Andalucía y cargar con el mochuelo. Las posibilidades para un acuerdo siguen más abiertas para Ciudadanos que para Podemos. La formación de Albert Rivera lo está poniendo, al menos teóricamente, más fácil que la de Pablo Iglesias. Nada está decidido, sin embargo, y el suspense sigue. En lo que nadie piensa es en el apoyo, con su abstención, del PP, pero entra dentro de lo probable que en un ataque de sentido común opte por la estabilidad en esa región. Ahora bien, ¿perdonaría su electorado esa complicidad con Susana Díaz en forma de salvavidas? Depende de cómo lo venda - tendría que venderlo muy bien, desde luego- y de qué obtenga a cambio: el PSOE y el PP se pueden volver a necesitar para el gobierno de los ayuntamientos y autonomías. Y a eso se añade otro problema: la cerrazón del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, que ha bloqueado cualquier pacto con los populares. Los ha comparado con Bildu, incluso, en un ejercicio de irresponsabilidad política clamorosa. Sea como sea, si el 14 de mayo no consigue la abstención de 16 diputados, el presidente del Parlamento podrá convocar nuevas votaciones, con un intervalo de 48 horas, hasta el 5 de julio, cuando se cumplirían dos meses de la primera votación. Así lo establece el artículo 118 del Estatuto de Andalucía: si en dos meses ningún candidato logra la mayoría simple, el Parlamento quedará automáticamente disuelto y la presidenta de la Junta en funciones deberá convocar nuevas elecciones. El plazo de dos meses que marca el Estatuto finalizaría el 5 de julio y la Ley Electoral de Andalucía establece en su artículo 14 que la fecha de las elecciones autonómicas "no podrá estar comprendida entre los días 1 de julio a 31 de agosto", por lo que el decreto de convocatoria electoral no llegaría antes de septiembre. Susana Díaz se ha quejado de la situación "surrealista" vivida este viernes y ha añadido, en referencia al PP, Podemos, Ciudadanos e Izquierda Unida, que "empieza a rozar el ridículo de cuatro fuerzas políticas". Menos lobos, Caperu, que la situación surrealista la ha creado usted solita. Mariano Tomás mariano@hispandidad.com