Imperial Brands ha caído en bolsa más de un 7% tras los menores resultados de su primer semestre fiscal (octubre 2019 a marzo 2020) y como consecuencia, el tijeretazo en el dividendo, que será un 33% inferior. Dominic Brisby y Joerg Biebernick, los dos CEOs interinos, se han mostrado “decepcionados”, a pesar de que han cumplido las expectativas revisadas, y de que el impacto del coronavirus ha sido pequeño: esperan que sea mayor en el segundo semestre.

El beneficio operativo se ha situado en 1.645 millones de euros, lo que supone un 9,3% menos que en el primer semestre del anterior ejercicio. Entre los ingresos, conviene destacar que los de la venta de tabaco se han mantenido más o menos estables, situándose en 3.929 millones (en los periodos de confinamiento para enfrentar la pandemia, los estancos han abierto); mientras la venta de otros productos alternativos se ha desplomado un 43,9%, hasta 93 millones.

Imperial Brands tiene como prioridad la reducción de su abultado apalancamiento, que se ha situado en unos 15.000 millones a finales de marzo, superando la del mismo periodo de hace un año. Precisamente, con este objetivo de desapalancarse, la compañía acordó la venta de Tabacalera (era su negocio de puros) por unos 1.225 millones el pasado abril, en dos operaciones. Conviene recordar que la cuarta compañía mundial del sector del tabaco, antes denominada Imperial Tobacco, es dueña de Altadis (creada en 1999 por la fusión de la española Tabacalera y la francesa Seita) y sólo fabrica en España en su planta de Santander, donde se hacen puros y puritos mecanizados (en 2016, puso fin a la fabricación de cigarrillos en nuestro país, con el cierre de su fábrica de La Rioja).