- A cambio de entrar en el Gobierno, naturalmente.
- Mezcla de comunistas, antisistema, nacionalistas e independentistas.
- Y si no consigue su voto, al menos, promete la abstención en la investidura.
- Aunque Errejón no lo ve, Iglesias asegura que puede conseguirlo.
- Frente a ello, Sánchez se mantiene en sus trece: Rivera y tú me apoyáis y nombráis ministros independientes… para entrar en un gobierno socialista presidido por mí.
- Mientras, Rajoy continúa arrepentido de no haber aceptado el encargo de Felipe VI… y bramando contra el Rey.
- Ahora suspira por unas nuevas elecciones.
El próximo jueves, como saben, tendrá lugar
una reunión a tres bandas entre los equipos negociadores de PSOE, Podemos y Ciudadanos. Mientras, cada partido prepara el camino lo mejor que puede para lograr un acuerdo que no será fácil. Entre los diversos movimientos, el líder de la formación morada,
Pablo Iglesias (
en la imagen junto a Pedro Sánchez), ha prometido al candidato socialista el
voto de los radicales.
Pero ya se sabe que esto no es un ningún gesto desinteresado ni lleno de generosidad, sino un trueque en este juego de intereses que estamos viviendo en política desde el pasado 20-D. Es decir, Iglesias hace tal promesa, pero sólo a cambio de entrar en el Gobierno, naturalmente. Claro que parece que el líder 'podemita' ha reducido sus aspiraciones y ya no habla de ser vicepresidente, controlar el CNI, etc.
Eso sí, el voto de radicales no es baladí. Supone una mezcla de comunistas, antisistema, nacionalistas e independentistas que no será fácil manejar. Por ello, si Iglesias no consigue su voto, al menos, promete la abstención en la investidura.
Por su parte, el portavoz de
Podemos en el Congreso,
Íñigo Errejón, parece tener algo más de sentido común y no lo ve posible. Aunque Iglesias asegura que puede conseguirlo. A pesar de las diferencias de criterios y de opiniones, se deja ver que entre ambos
las aguas vuelven a su cauce, tras la brecha que abrió el cese de Sergio Pascual.
Frente a todos estos movimientos, el líder socialista,
Pedro Sánchez, se mantiene en sus trece. Es decir, quiere que
Albert Rivera y Pablo Iglesias le apoyen, incluso está dispuesto a permitirles nombrar ministros independientes… para entrar en un gobierno socialista presidido por él. Esa es su manera de formar un gobierno tripartito, tal y como lo adelantó Hispanidad hace una semana. Y es que la ambición de Sánchez no tiene límites y su deseo no es otro que ser el próximo inquilino de La Moncloa… al precio que sea.
Mientras,
Mariano Rajoy continúa arrepentido de no haber aceptado el encargo de
Felipe VI… Y es que su cobardía fue bien aprovechada por Sánchez, que sí aceptó la difícil misión de intentar formar gobierno y a pesar de la investidura fallida continúa insistiendo en la ardua tarea. El líder 'popular' sigue bramando contra el Rey porque
no acepta abrir una nueva ronda de consultas y
apoya a Pedro Sánchez como presidente. Por ello, le ha vetado ya dos viajes oficiales al jefe del Estado, mientras suspira por unas nuevas elecciones.
Paralelamente, en el partido naranja observan la escena desde la primera línea y pedirán a Podemos que vote a favor de un gobierno PSOE-
Ciudadanos. Eso sí, no quieren dejar a los socialistas solos y también quieren ocupar sillas de dicho Ejecutivo, pues
a nadie le amarga un dulce, no sólo nombrar ministros independientes como pretende Sánchez. Veremos qué pasa. Y es que al PSOE le vale todo con tal de presidir el gobierno del cambio, por ello el
tripartito (PSOE-Ciudadanos-Podemos) no es descabellado, aunque llegar al acuerdo no será fácil.
Cristina Martín
cristina@hispanidad.com