Manuel de Aguas siempre quiso ser un pez. Es más, este barcelonés se declara transespecie, es decir, que no se siente totalmente humano. Como él muchos disfrutaban tanto en la bañera que se imaginaban cómo sería la vida como pez.

Este artista se dejó llevar por sus anhelos y decidió colocarse unas aletas de pez en la cabeza. Esta tecnología que aún no está disponible en nuestro país la encontró en Japón. Allí un artista como él consiguió colocarle las aletas de pez con un sensor incorporado, de esta manera puede amplificar sus sentidos. Conectar de forma cibernética con la naturaleza y especialmente con el agua. Manuel adoptó el nombre artístico de Aguas en un intento de conectar con el elemento que mejor le sentaba, el agua. Ahora Manuel es feliz y narra su historia en Instagram.

Las supuestas aletas que lleva en la cabeza se cargan con energía solar. Van unidas a unos paneles que le permiten cumplir su sueño. Vice Ribera, esto puede ser el futuro de las renovables...

Según dice de Aguas: “La atmósfera resonará dentro de mi cabeza y tendré la experiencia de estar sumergido en diferentes medios”. Este es el objetivo de haber dado un paso tan importante en su vida, salir del armario y reconocer que no es un humano, sino que va mucho más allá.