Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, hace tiempo que mira a EEUU
EEUU es clave para Iberdrola, donde opera a través de su filial Avangrid, en los negocios de redes y de renovables. En los resultados del primer semestre, este país ha aportado el 18,8% (939,1 millones de euros) del Ebitda, el 14,79% (2.783,9 millones) de los ingresos y el 13,17% (216,6 millones) del beneficio neto, y además, concentra el 54% (7.262 megavatios -MW-) de la nueva capacidad que se pondrá en marcha según el Plan Estratégico 2018-2022.
No es extraño que la eléctrica española que preside Ignacio Sánchez Galán ponga sus ojos en este país, que ya es el segundo en capacidad instalada (el 16,8% del total, o sea, 8.183 MW, de los que 7.335 MW son renovables), tras España. Asimismo, ocupa el tercer puesto en producción eléctrica (13,75%, es decir, 10.399 gigavatios hora -GWh-), después de México y España.
La eólica marina es donde Iberdrola tiene puestas grandes esperanzas, sobre todo, en el proyecto Vineyard Wind
Poniendo la atención en el Plan Estratégico (ver página 22 de esta presentación) y en la nueva capacidad que quiere poner en marcha, cómo no, se ve la gran apuesta verde de Iberdrola. Los 7.262 MW previstos, casi la mitad (3.508 MW) corresponden a ciclo combinado y cogeneración, y el resto se reparte de la siguiente manera: 1.514 MW en eólica marina (también llamada eólica offshore), 1.312 MW en eólica terrestre (eólica onshore), 918 MW en hidroeléctrica y sólo 10 MW en solar.
Pese a la gran potencia planeada en ciclo combinado y cogeneración, la eólica marina es donde Iberdrola tiene puestas grandes esperanzas, sobre todo, en el proyecto Vineyard Wind, que será el más grande que tendrá con este tipo de tecnología (800 MW) y el primero ubicado en EEUU. Eso sí, si la Administración Trump se lo permite, porque recientemente ha informado de que tendrá que revisar su calendario (se preveía que empezara a estar operativo en los primeros meses de 2022), porque aún le falta un estudio de impacto ambiental. Claro que, según Expansión, la eléctrica tiene el apoyo de senadores y congresistas estadounidenses, tanto demócratas como republicanos, que han pedido a Trump que acelere los trámites para que este parque eólico marino frente a las costas del estado de Massachusetts sea una realidad.
Iberdrola inauguró su apuesta por la eólica marina en 2014, cuando entró en operación el parque de West of Duddon Sands (Reino Unido), de 389 MW, y a la que seguiría el de Wikinger (Alemania) desde 2017, con 350 MW. Actualmente, tiene dos instalaciones con esta tecnología en construcción (East Anglia One en Reino Unido y Saint-Brieuc en Francia) y otros dos en proyecto (el de Vineyard Wind en EEUU y el de Baltic Eagle en Alemania).