Noel Quinn, CEO del HSBC, tiene ahora una doble preocupación: enderezar el rumbo del negocio y dejar de financiar actividades relacionadas con el petróleo y el gas
No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. En el HSBC, un banco con valores, se lo han tomado muy en serio y ni siquiera han esperado al final de la pandemia para retomar sus planes de ajuste, según el memorándum enviado este miércoles a los trabajadores por el director ejecutivo, Noel Quinn, y al que ha tenido acceso Reuters.
Estamos hablando de 35.000 despidos -el 15% de la plantilla de 235.000 empleados- durante los próximos tres años, y el consiguiente cierre de oficinas. Lo preocupante es que el plan fue diseñado antes de la pandemia y sin tener en cuenta la actual crisis económica provocada por el parón de la actividad en todo el mundo. No es descabellado pensar que el número de bajas se amplíe considerablemente, incluso antes de que culmine el presente plan de ajustes.
No está siendo un buen año para la reputación del banco. Tras los malos resultados de 2019 -el beneficio se desplomó un 53%- el HSBC anunció el citado plan de ajuste que retoma aun sin superar la pandemia y, además, apoyó la polémica Ley de Seguridad de Hong Kong promovida por el régimen comunista chino.