Con esta medida, lo más seguro es que más de un hongkonés se haya sentido traicionado, y con razón. El HSBC no es sólo uno de los bancos más grandes y más tramposos del mundo, sino que tiene especial relieve en Hong Kong. Lo dice su propio nombre -The Hong Kong and Shanghai Banking Corporation-, que hace alusión a su origen, en 1865, como vehículo para administrar las ganancias generadas por el tráfico de opio en la entonces colonia británica.

De hecho, la entidad, con sede en Londres actualmente, considera Hong Kong y el Reino Unido como sus mercados “domésticos”.

Este jueves, sin embargo, la entidad ha roto su idilio con la ciudad asiática y ha firmado un documento de apoyo a la polémica ley de Seguridad de Pekín que tantas protestas ha provocado entre los ciudadanos, que ven cómo China está coartando su libertad.

Al HSBC, sin embargo, sólo le interesa el dinero y por eso no ha dudado en apoyar al comunismo chino bajo el principio de “un país, dos sistemas”. Y para el banco, la ley de Seguridad, origen de las protestas, permitirá restablecer el orden social en Hong Kong.

HSBC, un banco con valores.