• El cártel mantiene el mismo tope de producción (30 millones de barriles diarios) para sujetar los precios del crudo a la baja.
  • Hace frente así a la extracción de petróleo mediante la fractura hidráulica, que es más rentable cuanto más caro sea: exige fuertes inversiones.
  • Arabia, Emiratos y Kuwait hacen piña frente a otros países, como Venezuela, Irán o Nigeria, que necesitan un crudo a 100 dólares (no a 60) para cuadrar sus cuentas.

Las tesis de Arabia Saudí se han impuesto y la OPEP, tal como estaba previsto, ha decidido este viernes mantener en "el mismo tope" de producción de petróleo en 30 millones de barriles diarios. Con esa producción y teniendo en cuenta la sobreoferta de crudo (entre 1 y 1,5 millones de barriles), la conclusión llega por sí misma: es el modo de contener, vía precios, la técnica del fracking. Y al mismo tiempo, no rompe la la alianza con Estados Unidos, contento con los precios actuales del crudo, al margen de que el país esté recurriendo a esa fórmula haya vuelto al terreno de juego en los mercados internacionales de petróleo y gas. Vamos, que a EEUU le viene muy el crudo barato. Ese es el ángulo con el que Arabia Saudí, primer productor de crudo, y su ministro del Petrólelo, Ali Naimi (en la imagen) enfoca esta realidad: es preferible mantener la cuota de mercado con bajos precios, resistiendo al fracking, a provocar una escalada de precios que da opciones a nuevos operadores. Y es que la obtención de petróleo mediante la fórmula de la fractura hidráulica es rentable, pero no a cualquier precio. Y si no es rentable a precios bajos, los productores que lo están empleando quedan a un lado. La nueva técnica de extracción exige grandes inversiones, pero a precios bajos no compensa: deja de ser rentable. Es en esos términos en los que está planteada una nueva guerra comercial entre los países productores de petróleo, los 12 del cártel y los ajenos a la organización. Con la decisión tomada este viernes en Viena, la oferta de crudo seguirá en los mismos términos hasta una próxima revisión, el 4 de diciembre. Es el modo de garantizar que el barril de crudo siga en torno a los 60 dólares, aunque llegó a caer hasta los 45 dólares en los últimos meses. De nada han servido las peticiones lanzadas desde Venezuela o Irán para reducir la producción y así elevar los precios. Arabia Saudí, junto a Emiratos Árabes y Kuwait, pueden mucho más que Nigeria, Libia o Argelia. No necesitan que les cuadren las cuentas como a otros países y, encima, sus costes de producción son muy bajos. Miriam Prat miriam@hispanidad.com