- En vísperas de la Junta, promete pasar a los números negros este año,,, para blindar su futuro como presidente y el de Fernando González, como CEO.
- Todo ello ha enfadado al grupo de accionistas de referencia, que posee el 18,6%.
- Son los mismos que se niegan a una nueva ampliación de capital y están a favor de obligar la dimisión del Ceo, presidente y principales ejecutivos.
- Y lo peor es que la compañía puede salir de la Junta del miércoles más dividida de lo que entró, salvo que haya un acuerdo y se renueve al Ceo.
Se nota que la cuenta atrás para celebración de la
Junta de
Ezentis va tocando a su fin, pues su presidente,
Luis Solana (
en la imagen, junto al Ceo Fernando González Sánchez), ha hecho un movimiento a la desesperada. En concreto, ha recurrido a la
CNMV con un hecho relevante.
En este documento, Solana promete pasar a los números negros este año, lo que supone dejar atrás las pérdidas de 10,9 millones registradas en 2015 y ganar 2 millones. Claro que su promesa es mucho más ambiciosa de cara al 2017, donde prevé obtener 19 millones de beneficio neto. Pero no sólo eso, Solana blinda su futuro como presidente de Ezentis y lo liga al del Ceo,
Fernando González Sánchez, el más cuestionado
El grupo de accionistas de referencia (Manuel García Durán, Eralan Inversiones, Merchbanc y Prematt), que posee el
18,6% del capital de la compañía, se reunió en diciembre con Solana y se quejó de la fuerte
depreciación de la acción y la mala gestión del Ceo. El presidente de
Ezentis les pidió tres meses para revertir la situación,
mejorar la cotización y les prometió no hacer ninguna ampliación de capital.
Pero fueron sólo palabras que no se han traducido en hechos. Como saben, la acción ha caído un 55% en lo que va de año y
hay rumores de una ampliación de capital a pesar de que Solana lo niega. Además, a este grupo de accionistas de referencia tampoco les gusta que Ezentis haya culminado la
compra de su filial chilena a cambio de acciones porque esto devalúa aún más la acción.
Todo ello ha enfadado al
grupo de accionistas, que se niegan a una nueva ampliación de capital -que diluiría aún más su participación-. Claro que su negativa no es baladí porque cuentan con 26,5% de los
derechos de voto y están a favor de obligar la dimisión del Ceo, del presidente y de los principales ejecutivos. En el entretanto,
Solana ha contratado una compañía de telemarketing y a Llorente y Cuenca para conseguir más apoyos de los minoritarios a su gestión y a la permanencia en sus cargos.
A la vista de todo este panorama lo peor es que la compañía puede salir de la Junta del miércoles más dividida de lo que entró, salvo que haya un acuerdo y/o se renueve al Ceo. Veremos qué sucede.
Cristina Martín
cristina@hispanidad.com