La diputada de Vox, por Almería, Rocío de Meer, recibió una pedrada en el ojo
Los grandes informativos sobre la campaña vasca ni mencionaron la agresión a Vox, ni la pasividad de la policía vasca. Lo cuentan varios medios digitales.
Los canales de televisión, por lo general, o ni lo han mencionado o lo han ninguneado.
El caso es que los abertzales habían preparado una encerrona a los manifestantes de Vox en Sestao y comenzaron a lanzar todo tipo de objetos contra los miembros del partido verde, quizás recordando aquellos hermosos tiempos de la Kale Borroka, que tanta nostalgia producen entre los proetarras.
La diputada de Vox, por Almería, Rocío de Meer, recibió una pedrada en el ojo, como se puede ver en la imagen. En el entretanto, la Ertzaitnza miraba para otro lado.
Menos mal que la ultraderecha es Vox y el centro-izquierda, al padecer, Bildu, que si no… Y es que Vox no es un partido ultra, en un partido católico. Pero la inmensa mayoría de los partidos políticos españoles tiene algo en común: su cristofobia.
En paralelo, la directora general de la Guardia Civil, María Gámez Gámez (Gámez al cuadrado) primera mujer al frente de la Benemérita, ha convertido al organismo armado en propagandista del Orgullo Gay, cambiando la bandera española por la del arcoíris. Con esto, ya tiene para pasar a la historia.
Es la España de Sánchez