No hace tanto, el entonces vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, utilizaba el argumento de las colas del hambre para justificar la necesidad de su ingreso mínimo vital para los más necesitados. Porque, de todos es sabido, Iglesias siempre ha enarbolado el escudo social para proteger a los más pobres... aunque las ayudas que prometió se hayan quedado por el camino y sólo se concede el IMV a 3 de cada 100 madres vulnerables que lo solicitan. Pero esa es otra historia.

La Fundación Madrina avisa de que con la llegada del verano y la nueva normalidad, escasean el abastecimiento de alimentos desde los bancos de alimentos centrales a todas las asociaciones que reparten en Madrid. Su banco del bebe se ha quedado vacío por el aumento de la demanda de miles de familias vulnerables que no han superado el fin del Estado de Alarma. Por esa razón, lanza un SOS de ayuda alimentaria y de higiene infantil a través de su página web fundacion@madrina.org, porque -recuerdan lo más obvio- las familias y niños en máxima pobreza necesitan comer también en vacaciones.

Aunque con la desaparición del Estado de Alarma han bajado las “colas del hambre” en un 52% por motivos de normalización del empleo y la apertura de negocios, Madrina recuerda que el 48% que queda en el Banco del Bebe son familias mucho más vulnerables y empobrecidas de lo que estaban antes. Asimismo, muchas familias que han dejado ERTEs o tienen trabajo es muy precario, tan solo unas horas, con lo que estimamos que en breve volverán a comer del Banco del Bebe.

La falta de trabajo, el aumento mensual de las deudas por impago de alquileres y los elevados recibos de la luz, hacen que las familias vulnerables se encuentren prácticamente en situación de calle y sin ingresos para coger el transporte.

El perfil de las familias que quedan en las “colas del hambre” son familias donde en un 62% no hay ningún ingreso, o bien porque se les acabó la prestación, o bien porque no se les ha concedido el IMV. También hay Familias en el “limbo legal”, como asilados pendientes de regularización e inmigrantes sin papeles.

La pandemia ha derivado en una crisis social y económica que ha afectado de manera directa a los ingresos de miles de personas sin distinción, ya que el perfil que recurre a la ayuda ha variado, viéndose limitados en su modo de vida y en la posibilidad de tener acceso a artículos de primera necesidad, ya que las recesiones agudizan las diferencias.

Por otra parte, las empresas a través de sus políticas de Responsabilidad Social Corporativa están centradas tan solo en el área de sostenibilidad y Medio Ambiente -ya saben, protección del medio ambiente, reciclaje, no consumo de plásticos, no ingesta de carne. Cuestiones todas de vital importancia- prestando cada vez menos atención al área vinculada con la alimentación.