La dirección del BBVA escuchará el martes las propuestas de los sindicatos para el despido colectivo de 3.450 empleados
La negociación del despido colectivo del BBVA entra este martes en una nueva fase en la que los sindicatos pondrán sus propuestas encima de la mesa, por primera vez desde que comenzó el proceso. Parece mentira, pero es así: las cuatro reuniones anteriores sólo han servido para que el banco mostrara sus argumentos que justifican el ajuste y para que Randstad presentara su plan -no se rían, por favor- para recolocar al 100% de los despedidos que quieran seguir trabajando.
El martes 18 será el turno de los representantes de los trabajadores, cuyas propuestas están a años luz de las de la dirección y que se pueden condensar en dos: prejubilaciones y, sobre todo, voluntariedad. En otras palabras, que se acojan al ajuste los que quieran y que las salidas estén bien remuneradas.
El banco se niega a modificar sus condiciones más allá de la rebaja del número de afectados, que pasó de los 3.800 iniciales a los 3.450 actuales. Resumiendo, para los mayores de 63 años, el banco ofrece 20 días por año trabajado con un máximo de 12 meses. Para los empleados de entre 58 y 62 años, y con una antigüedad mínima de 15 años, una renta temporal del 65% del nivel retributivo anual (hasta los 63 años), descontando la Prestación por Desempleo. Además, abono del convenio especial a la Seguridad Social, hasta los 63 años.
De 56 y 57 años, con antigüedad mínima de 15 años, lo mismo que en la franja anterior, pero con renta temporal del 60% y abono del Convenio Especial a la S.S. hasta los 61 años. Para el resto de la plantilla, 27 días por año trabajado, hasta un máximo de 18 mensualidades.
Además, el banco se reserva el derecho de rechazar adhesiones voluntarias si la adscripción es mayoritariamente de la plantilla mayor de 50 años. Y en caso de no cubrir las bajas previstas, la entidad aplicará la valoración de desempeño como criterio de adscripción forzosa.
Es el primer ERE en la historia del banco y las peores condiciones jamás propuestas, lo que justifica el cabreo de la plantilla que este lunes vuelve a salir a la calle para protestar. Y si el banco no da su brazo a torcer los sindicatos seguirán adelante con la convocatoria de huelga el 2 de junio, víspera de la última reunión oficial entre las partes y solo dos días antes de la fecha límite para la firma de un acuerdo (el plazo finaliza el domingo 6 de junio, por lo que se entiende que el viernes 4 es el último día).
Nadie espera que el banco responda el mismo martes 18 a las propuestas de los sindicatos, pero sí servirá para constatar lo lejanas que están las posturas de unos y otros. La semana clave será la del 24 de este mes.
Mientras, las cartas de la vicepresidenta tercera del Gobierno, Yolanda Díaz, al BBVA y a Caixabank producen indolencia en la dirección y bostezos en los sindicatos. Dicho de otra manera: no servirán para nada. Sólo son una pose del Gobierno.