El Banco de España es claro: no se pueden pagar las pensiones a golpe de créditos, es decir, y trasladado a un leguaje simple, muy simple, de andar por casa: no se puede comprar el pan a base de préstamos.
El recurso a emisiones de deuda del Estado para financiar el pago de pensiones ha disparado un 140% la deuda de la Seguridad Social y lo ha hecho en solo dos años. Una evolución endiablada que es observada con alarma, cada vez más creciente, por organismos como el BdE que en su último informe refleja de nuevo un dato muy preocupante y reincidente: la deuda de las Administraciones de la Seguridad Social subió en septiembre a un nuevo máximo de 52.445 millones por los préstamos inyectados a las pensiones.
Y es que, el Gobierno se endeuda una y otra vez por la crítica situación financiera del sistema. Su desfase entre ingresos y gastos no da tregua y a pesar de la espiral del gasto público en pensiones, los últimos gobiernos no han tomado medidas para contener ese coste, más bien todo lo contrario.
El Gobierno asegura que una parte de los casi 20.000 millones que va a suponer en diciembre el abono de las pensiones correrán a cargo del incremento previsto en los ingresos por cotizaciones sociales.
Así que, la situación se repite una y otra vez…y para abonar las pensiones en diciembre, el Ejecutivo en funciones del PSOE ha tenido que utilizar toda la ingeniería financiera que le permite la ley. Asegura, en un alarde de exagerado optimismo, que una parte de los casi 20.000 millones que va a suponer en diciembre el abono de las pensiones correrán a cargo del incremento previsto en los ingresos por cotizaciones sociales. El Ejecutivo estima que el crecimiento del empleo y de los salarios, por la negociación colectiva, está provocando un aumento de los ingresos del 8% respecto al año pasado. Junto a ello, la Seguridad Social puede utilizar los 3.600 millones de euros extraídos del Fondo de Reserva de las pensiones, más otros 600 millones que le ha transferido Hacienda, “a fondo perdido”, como dice la ministra Magdalena Valerio para explicar que, esos 600 millones de la transferencia extraordinaria del Tesoro, se justifican por el margen que tiene Hacienda al reducir ligeramente la deuda pública total. No debemos olvidar que la Seguridad Social ha consumido ya el préstamo de 13.380 millones para poder pagar las pensiones.
"Habrá que decidir sobre la subida del salario mínimo", dice Magdalena Valerio, "que implica una subida de la base mínima en la misma proporción, y habrá que ver si sube o no la base máxima",
Valerio se congratulaba además, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, de esa evolución de los ingresos por cotizaciones, que el Gobierno confía se siga manteniendo en los meses de noviembre y diciembre, debido a la mejora de los salarios, al alza del SMI y al aumento de las bases mínimas y máximas de las cotizaciones…”un incremento que sirve para reorientar el transatlántico de la Seguridad Social”…contaba a los periodistas que seguían la rueda de prensa para añadir que una vez que se forme el Ejecutivo con plenas funciones "habrá que decidir sobre la subida del salario mínimo, que implica una subida de la base mínima en la misma proporción, y habrá que ver si sube o no la base máxima". "Necesitamos que se vayan incrementando las cotizaciones, las transferencias del Estado...”, decía Valerio que, la pregunta de Hispanidad de si iba a subir la cuotas a la Seguridad Social, se limitó a recordar “los buenos datos de recaudación” para señalar que la subida del SMI implicaba un incremento automático en las cuotas.
La Seguridad Social ya ha consumido el préstamo de 13.380 millones que le hizo Hacienda para poder pagar las pensiones.
Es decir, una ‘no respuesta’ cuya conclusión es que el Gobierno no descarta 'tocar' de nuevo al alza las bases de cotización. Subida sobre la que, por cierto, también ha alertado el Banco de España. El director general de Economía y Estadística, Oscar Arce, se refería hace poco más de un mes a que una nueva subida de cotizaciones, que están por encima de la media europea, podrían dañar el empleo. Tampoco veía con buenos ojos la eliminación de los topes de las bases máximas de cotización porque también “podría dañar la demanda laboral lo que generaría más gasto en el futuro”.