La bolsa española ha pasado a ser prácticamente, propiedad de los fondos de capital riesgo. En apenas una década, los inversores internacionales han pasado de controlar el 36,8% de las acciones del mercado nacional a poseer el 46% de los títulos. El porcentaje es aún mayor si tenemos en cuenta únicamente las empresas del Ibex 35.
Por el contrario, según datos recogidos en último informe de mercado de BME, la participación de las familias españolas ha descendido hasta mínimos históricos: si en 2015 poseían el 24,4% de las acciones, en 2018 solo controlan el 19,7% de los títulos.
Lo cierto es que la bolsa española sigue siendo una de las más atractivas entre la de los mercados más desarrollados. Hablamos, claro está, de dividendos y de otros pagos. Así, hasta el mes de noviembre, las empresas cotizadas han repartido 25.906 millones de euros en dividendos, devolución de aportaciones por primas de emisión y reducción de nominal, un 3,5% más que en 2017. La rentabilidad por dividendo de la bolsa española se situó en el 4,5% y acumula 11 años por encima del 4%. Sí, las cotizadas españolas son muy generosas a la hora de pagar a sus accionistas.