Hay que ser embustero para mantener la mentira oficial de los 80.000 españoles muertos por Coronavirus, cuando la cifra hace tiempo que superó los 100.000 y lo mejor sería pensar en 140.000. Pero Carolina Darias está convencida de que informar al público consiste en defender la propia actuación y que luchar contra la epidemia consiste en cumplir los objetivos anunciados… aunque sean unos objetivos perjudiciales y engañosos.

¿Seguro que son las vacunas las que están reduciendo la incidencia del virus? Porque a finales de la primavera y comienzos del verano del 2020 ocurrió algo parecido. El virus remitió para dispararse a los dos meses, volver a bajar y volver a subir. Este virus es tan extraño que resulta más seguro confiar en la Providencia.

Con el virus creció la mentira: la vacunación es, de hecho, obligatoria. Para todos, también para niños y de forma constante

La noticia más curiosa de las últimas 24 horas ha sido la de Anthony Fauci, el Fernando Simón norteamericano. Ahora resulta que recibió información de que el virus provenía de un laboratorio pero se calló, mientras intentaba aplicar en Estado Unidos un encarcelamiento domiciliario tan miserable como el perpetrado en España.

La mentira ha estado vigente en el Covid desde su mismo inicio. Pero los mentirosos, como Fauci o Simón, siguen en sus puestos, coordinando la lucha y, sobre todo, sembrando el pánico y oprimiendo al personal.

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Cambio de tercio: la mejor vacuna contra el Covid es la Eucaristía. Sé que diciendo esto, y a estas altura de la histeria del virus, hasta los amantes de la Eucaristía pueden sentirse alarmados. Pero, dejando a un lado la confianza en Dios, les aseguro que, incluso desde un punto de visto absolutamente humano, que no sobrenatural, la afirmación debe ser tenida en consideración.  

El virus ha sembrado la muerte en miles, la locura de millones y el pánico en todos. No sabemos nada sobre su origen y muy poco sobre su alcance o sobre el porqué de su nota más peligrosa: es un virus ultracontagioso y ultracaprichoso. Con él, insisto, no hay forma de establecer una relación causa-efecto. Pepe que tenía que haberse contagiado no lo ha hecho mientras Juan que vivía aislado seguimos sin saber por qué se contagió. En ese mar de incógnita, y como siempre que, a lo largo de la historia, el hombre es incapaz de controlar algo… acude a Dios. Eso por no hablar del otro punto: si la patente degeneración moral de la humanidad no ha contribuido a la pandemia. No se confundan: Dios no castiga la hombre es el pecado del hombre el que se vuelve contra él mismo.

El Gobierno se enfrenta a autonomías de distinto signo político. Carolina Darias no quiere levantar el miedo

Con el virus creció la mentira: la vacunación es, de hecho, obligatoria. Para todos, también será para niños y de forma constante. Porque si no te vacunas no puedes hacer nada.

A todo esto, Carolina Darias se felicita porque ya hay diez millones de españoles que se han vacunado. Ahora ya sólo falta que nos informe sobre el porcentaje que no ha querido vacunarse así como sobre la eficacia, a posteriori, que a priori no vale, de las vacunas.

Tanto el virus (también por lo mucho que se ha mentido sobre él) como el mundo digital que se ha acelerado, constituyen una realidad virtual, paralela, invisible que desnaturaliza al hombre

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El Ejecutivo central se enfrenta a las autonomías más importantes mientras RTVE sigue emitiendo imágenes de botellones. La gente ya no aguanta más

En el interior, enfrentamiento político entre centro y periferia. El Gobierno se enfrenta a autonomías de distinto signo político. Carolina Darias no quiere levantar el miedo e impone restricciones a la libertad más severas pero, eso sí, que las apliquen las autonomías. Se le han sublevado las del PP pero también Cataluña o Euskadi. Nuevamente, Sánchez pide lealtad al PP: es como si el Real Madrid le exigiera al Barça lealtad. O sea, que se dejara ganar.

Tanto el virus (también por lo mucho que se ha mentido sobre él) como el mundo digital que se ha acelerado, constituyen una realidad virtual, paralela, invisible que desnaturaliza al hombre.

Y la mentira continúa: Moncloa sólo habla de 80.000 muertos por coronavirus

El Ejecutivo central se enfrenta a las autonomías más importantes mientras RTVE sigue emitiendo imágenes de botellones., lo que “ha encendido todas las alarmas”. La mía, no. Es muy sencillo: la gente ya no aguanta más.