La compañía internacional de alimentación Grupo Calvo logró en 2019 una facturación de 593,3 millones de euros, ligeramente por encima -un 2%- de los 583 millones obtenidos en 2018. El Grupo mejoró también su beneficio operativo con respecto a 2018, impulsando su EBITDA un 15%, hasta los 45,3 millones de euros.

La facturación consolidada del Grupo se vio afectada por una nueva devaluación del real brasileño y, en menor medida, por el desplome del peso argentino en 2019, lo que tuvo un impacto negativo sobre las cuentas. En Europa, en cambio, los mercados de España e Italia continuaron comportándose de manera positiva e incrementaron sus ventas y su peso en el conjunto del Grupo, con el mercado español liderando el crecimiento.

“Según los últimos datos facilitados por el MAPA relativos a la compra de los hogares españoles en alimentación de la semana 18 del año 2020, es decir, del 27 de abril al 3 de mayo (séptima semana del estado de alarma), en la categoría de conservas de pescado se produce un incremento de la compra del 13,2% con respecto a la misma semana del año 2019.” Y, a juzgar por los resultados de Calvo, esa tendencia se ha mantenido durante todo el confinamiento, sostenida por el cierre de los establecimientos de hostelería. 

En las jornadas on line“Las conservas de pescado del futuro”, Alberto Villar, Client Manager de Kantar Worldpanel, comentó que “el consumidor de estos productos aumentó en un 11% su compra en marzo, incrementando su gasto en un 19%. 

En 2019 el Grupo con sede en Carballo (Galicia) comercializó a nivel mundial más de 101.000 toneladas de producto terminado. Por mercados, la compañía ha logrado en los últimos ejercicios una mayor diversificación y equilibrio de su cifra de negocio. Brasil supone el 48% del volumen de producto vendido, seguido de España (22%), Italia (17%), la región de Centroamérica y Caribe (5%), Argentina (2%) y el resto se divide en más de 50 países adicionales.

Por cierto, ¿habrá tenido algo que ver en los buenos resultados de la conservera, la intervención de la vicepresidenta del mismo apellido cuando valoró los resultados del PSOE tras el 4-M? Entonces, la número 2 del Gobierno Sánchez dijo aquello de: 

"Para un socialista es difícil hablar de cañas, de ex y de berberechos. Estamos acostumbrados a jugárnosla con programas, gestión y trabajo".

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