Argentina regresa a la morosidad, pero no lo hace en un momento cualquiera. El país está en víspera de elecciones presidenciales (la primera vuelta será el 27 de octubre y si fuera necesaria una segunda, sería el 24 de noviembre) y hace unos días, el presidente, Mauricio Macri, se volvió ‘peronista’ y empezó a repartir subvenciones tras su derrota en las primarias.

El ministro de Hacienda argentino, Hernán Lacunza, en una de sus primeras medidas (asumió el cargo hace poco más de una semana, tras la dimisión de Nicolás Dujovne), ha pedido árnica al Fondo Monetario Internacional (FMI) y a todos los acreedores institucionales para renegociar el pago de la deuda por problemas de liquidez. En el caso del FMI, se refiere al préstamo de 56.300 millones de dólares (unos 50.847 millones de euros) acordado el año pasado.

El FMI responde que seguirá al lado del país "en estos momentos desafiantes", pero tras su reciente visita, no aclara qué pasará con la revisión del acuerdo 'stand-by'

No hay que olvidar tampoco la reciente visita de la misión del FMI, que se ha ido de Argentina sin dejar certeza sobre qué pasará en la próxima revisión del acuerdo ‘stand-by’, según La Nación. Recuerden que de esta depende el próximo giro de 5.400 millones de dólares (4.877 millones de euros), clave para la estabilidad de la economía del país.

Y todo esto tras la derrota de Macri en las primarias del pasado 11 de agosto y por tanto, la victoria del peronista Alberto Fernández y de su candidata a la vicepresidencia, Cristina Fernández de Kirchner. Un acontecimiento que ha provocado una grave crisis económica y política en el país, con numerosas manifestaciones en las calles y varias jornadas negras para el peso argentino.

La derrota de Macri en las primarias ha causado una fuerte crisis política y económica en un país con una inflación superior al 50% anual y un elevado desempleo (10%)

El FMI ya ha respondido a la petición de Lacunza: en un comunicado, ha señalado que seguirá al lado del país sudamericano “en estos momentos desafiantes”. El ministro de Hacienda ha afirmado que “la mayor tensión política y económica” desde las primarias “afectó a la estabilidad cambiaria”, algo que no favorece a un país cuya inflación supera el 50% anual y tiene un elevado desempleo (superior al 10%) porque ha aumentado la falta de confianza de los inversores.

Claro que Lacunza también ha aprovechado el anuncio de las medidas financieras para lanzar un mensaje político, como informa Clarín, entre otros medios. El ministro de Hacienda ha subrayado que “todas las fuerzas políticas” quieren “ganar las elecciones, pero eso no es excusa para poner en riesgo la estabilidad de los argentinos”.