Pues no es por molestar pero yo diría que estamos viviendo una época de apostasía general, la que, según los clásicos, precederá a la Segunda Venida de Cristo. Ya saben, la que recitamos en el Credo: “Y de nuevo vendrá con gloria para juzgar…”. Es decir, nada extraño. O, dicho de otra manera: cuando vuelva el Hijo de Dios, ¿encontrará fe sobre la tierra?

Presente. En la vida pública se considera que la religión es propia de viejos o de necios

En cualquier caso, vamos a los hechos. La vida social, pública, universitaria, científica, económica y política se vive como si Dios no existiera. Desprecio absoluto, también hacia sus fieles. Se dice respetar la religión cristiana pero lo cierto es que se considera algo propio de viejos o de necios y que debe ser recluido en la propia conciencia, en la oscuridad del hogar. ¡Ah!, y si te empeñas en pregonar tu condición de católico, entonces recuerda esto: nunca triunfarás en el mundo, eres un antisistema.

Futuro. La segunda fase, que los clásicos llaman del Anticristo: cristofobia indisimulada y arremetida contra la Eucaristía

La segunda fase es la que los clásicos llaman del Anticristocristofobia indisimulada y arremetida contra la Eucaristía.

Aquí ya se apuntan maneras que, en este caso, vienen salpicadas por los desprecios al Sacramento entre los fieles. Será la etapa más dura, la del terrorismo directo y el gran cisma. Aquí el enemigo estará dentro. El terreno ya está abonado.

Entre una fase y otra, pero siempre en la era de la apostasía general.