La pandemia del coronavirus y las restricciones de movilidad que conlleva han supuesto un batacazo para el sector aéreo y el turismo mundial, que ha colocado a las aerolíneas al borde de la quiebra. La última muestra se puede ver en Lufthansa, que ha tenido unas pérdidas de 6.725 millones de euros y ha desplomado un 63% sus ingresos en 2020, el año “más difícil de la historia de nuestra empresa”, ha señalado el CEO, Carsten Spohr.

El grupo aéreo alemán formado por las aerolíneas Lufthansa, Swiss, Austrian Airlines, Brussels Airlines y Eurowings ha pasado de ganar 1.213 millones en 2019 a perder 6.725 millones el año pasado por las restricciones de movilidad. Un escenario ante el que ha necesitado ayudas y rescates de los gobiernos de varios países (Alemania, Suiza, Austria y Bélgica) que han ascendido a 6.300 millones.

Lufthansa no prevé que la capacidad vuelva a ser del 90% hasta mediados de la década y está estudiando la venta de algunas filiales

Los ingresos se han situado en 13.589 millones (-63%) y el Ebit ha sido negativo de 7.353 millones. Las aerolíneas del grupo alemán han tenido 36,4 millones de pasajeros, un 25% menos que el año anterior, con una oferta de vuelos que se ha reducido un tercio y una capacidad del 31%, mientras que la división de carga ha logrado un Ebit ajustado de 772 millones por el aumento de la demanda, pese al descenso de la capacidad al 36%. Y ojo, la deuda neta ha seguido aumentando: ha cerrado el año en 9.900 millones frente a los 6.700 millones en que se situó en 2019, lo que supone 1.000 millones más que en los nueve primeros meses de 2020

En 2020, Lufthansa redujo en unas 28.000 personas su plantilla y ha advertido que en Alemania se podrían recortar otros 10.000 puestos, tras la reducción de la flota a 650 aviones. “Los certificados digitales de vacunación y de pruebas, reconocidos internacionalmente deben sustituir a las prohibiciones de viajar”, ha subrayado Spohr. Para este año espera que la capacidad ofertada suba al 40% o al 50% respecto a 2019 y que se generen flujos de caja operativos positivos cuando la capacidad supere el 50%. Eso sí, no prevé que la capacidad vuelva a ser del 90% hasta mediados de la década y está estudiando la venta de algunas filiales.