- Aclaremos la confusión: Benjumea echó a Abascal y la banca echó a Benjumea.
- El anterior propietario pretendía quedarse con el 30% mientras la banca le ofrecía el 5%.
- Ni la banca ni los bonistas pagarán la nómina de febrero (ni la de marzo).
- Ojo, que sí que hay acuerdo entre banca y bonistas sobre nuevas aportaciones.
- Los bonistas aportarán los 165 millones de euros al 15% mientras la banca elevará el interés de sus créditos al 15% y renunciará a garantías.
- Pero, atención, ese acuerdo y esa aportación queda para el concurso de acreedores y para la reestructuración global de la deuda
- Si Abengoa quiere pagar las nóminas que paralice los pagos a los proveedores o venda más rápido.
De entrada, aclaremos la sucesión de los hechos acaecidos en la tarde del martes 1 de marzo y que no se han explicado demasiado bien.
La banca no prescindió de
Domínguez Abascal (Pepón). De hecho, empezaba a "caerles bien" porque podía llegar a un acuerdo. Un acuerdo que, entre otras cosas, suponía que
Felipe Benjumea pasaría de una participación del 30% a otra del 5%, cosa que al señor Benjumea como que no le gustaba mucho.
Vamos, tampoco le gustaba que echó a Pepón. Fue entonces cuando la banca, que no podía echar a Benjumea, pues aún no se ha capitalizado deuda, decidió romper el acuerdo que mantenía vivo a Benjumea. Y si pueden, conseguirán que Benjumea no se quede con el cinco por cien sino con el cero por cien. Eso sí,
mientras no haya administrador concursal, Benjumea seguirá incordiando.
A renglón seguido, se nombró a
Antonio Fornieles Melero como sustituto de Pepón y a
Joaquín Fernández de Piérola como director general. Y todo esto resulta morboso pero muy poco relevante. Lo relevante es que
los trabajadores no han cobrado la nómina de febrero y a este paso no cobrarán la de marzo.
¿Por qué no ha habido acuerdo entre bancos y bonistas (fondos) para la aportación que les correspondía a estos últimos 165 millones de euros? No,
acuerdo sí que ha habido. De hecho, en pocos trazos, consiste en lo siguiente:
los bonistas aportarán 165 millones de euros y rebajarán sus exigencias del 35% de rentabilidad hasta el 15%. A cambio, la banca no les discutirá el aval de
Atlantica Yield… pero elevará su tasa de interés (de los créditos ya concedidos) del 9 al 15%.
Entonces, ¿por qué no pagan la nómina de febrero? Pues porque bancos y bonistas están de acuerdo en que
Abengoa no tiene salida y va hacia el
concurso de acreedores de cabeza. Así que esos 165 millones de euros formarán parte de la
reestructuración global de deuda. Claro que lo aportarán, sólo que cuando ya estemos en concurso de acreedores. En otras palabras, que todavía no sabemos quién pagará la impagada nómina de febrero y la inquietante
nómina de marzo. Sólo podrá hacerlo
Abengoa vendiendo más deprisa o dejando de pagar a proveedores.
Y todo eso es muy duro para los trabajadores. Pero, desde luego,
Felipe Benjumea fue quien creó el problema y ahora se empeñaba, y todavía puede empeñarse, en entorpecer la solución. Es el primero que sobra.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com