Juan Carlos Escotet (centro) está muy contento con Abanca. No es para menos: le costó 1.003 millones que ha ido pagando con los beneficios de la propia entidad
Las expectativas económicas futuras de moderación, en forma de una pérdida esperada, es algo de lo que realmente somos conscientes desde el ámbito de la profesión, asumiendo que en breve la capacidad de generar riqueza y empleo va a limitarse. Será difícil saber la evolución concreta de la actividad económica, pero lo que sí es cierto que en el cielo empiezan a verse ciertos nubarrones que, si bien de momento no han derivado en lluvia fuerte, sí han enfriado el ambiente. En este contexto, estamos encontrando la publicación de resultados del sector financiero especialmente interesantes. A los resultados publicados el lunes por parte de Bankia debemos sumar los esperanzadores resultados de Abanca del ejercicio 2018, presentados este martes.
La prioridad de Abanca en 2019 es consolidar la integración de Deutsche Bank en Portugal y de Caixa Geral en nuestro país, pero no descarta nuevas operaciones corporativas en el futuro. “Más adelante pues ya se podrá ver”, ha señalado Juan Carlos Escotet durante la rueda de prensa, celebrada en Santiago de Compostela, al ser preguntado sobre esta posibilidad.
Otro objetivo de futuro y sin plazo concreto: salida a bolsa. A Escotet le atrae la idea, pero reconoce que el mercado no atraviesa su mejor momento. Por suerte, y gracias a la “estabilidad” del accionariado de Abanca -él tiene la mayoría-, no hay ninguna prisa para el salto al parqué.
La prioridad de Abanca en 2019 es consolidar la integración de Deutsche Bank en Portugal y de Caixa Geral en nuestro país
Mensaje tranquilizador: Escotet ha descartado "cualquier riesgo de contagio" de Abanca por la crisis en Venezuela, a pesar de que él es el dueño, tanto del banco gallego como del grupo venezolano Banesco, intervenido por el Gobierno de Maduro desde mayo de 2018. Por cierto, y a pesar de ser preguntado, Escotet no ha querido valorar la situación política y social que vive actualmente su país.
Ahora sí, vamos con la cuenta de resultados de 2018, que ha registrado un aumento del 9,5% de los ingresos recurrentes, el elemento principal de su rentabilidad, sin necesidad de recurrir a extraordinarios y dejando fuera a los descontinuados. Todo ello ha derivado en una presentación cargada de optimismo, en la que han presumido de ser el mejor ejercicio de su trayectoria en términos económicos, cerrando con un beneficio neto de 430 millones, un 17,3% más que en el ejercicio anterior 2017.
Estas cifras han derivado en una rentabilidad del 11,4%, una de las más elevadas del sector en España. Evidentemente, estos datos debemos enmarcarlos en la buena evolución de la economía española y en su capacidad de generar empleo. Eso, unido a la fortaleza comercial de su negocio bancario y de seguros, le ha permitido incrementar su volumen de negocio con clientes hasta los 69.213 millones de euros, un 5,6% más, y ello sin tomar en consideración las operaciones corporativas.
Abanca ha registrado un aumento del 9,5% de los ingresos recurrentes, el elemento principal de su rentabilidad
Un incremento del 12% en el número de nóminas domiciliadas y del 13% de nuevos clientes en el sector seguros supone una base interesante de negocio que justifica, sin duda, sus cifras de rentabilidad y beneficios. En este sentido, el margen de intereses se incrementa en un 11,5% apoyado en los datos anteriores, que justifican tres cuartas partes de tal cifra. Los ingresos por servicios apoyan igualmente estos datos, con un crecimiento del 3,8% hasta los 176,2 millones de euros.
Desde el punto de vista de las inversiones, el crédito a la clientela ha aumentado en un 6,2% hasta los 29.286 millones de euros, con una presencia intensa en la actividad de pymes y autónomos, que recibieron un total de 2.076 millones de euros de financiación, 950 millones más que en 2017. Las hipotecas de primera vivienda, síntoma de la recuperación lenta del mercado inmobiliario, experimentan un crecimiento del 11,3%, con un aumento de los créditos al consumo del 15,2%. A todo ello se le debe unir la evolución positiva de la calidad de los activos, con una reducción de los morosos de un 29%, lo que ha rebajado la morosidad al 3,6%, muy por debajo de la medida del sector. El peso de los adjudicados en su balance sólo es del 1,6%. Además, refleja unos niveles de cobertura del 58,5% de los activos improductivos.
La entidad resalta que el pilar fundamental de su desarrollo a lo largo del ejercicio 2018 ha sido la digitalización del negocio
En este análisis de su balance resulta interesante comprobar los elevados datos de capitalización. Con las dos emisiones de instrumentos computables como capital, Abanca ha elevado su ratio de capital al 17%. Su liquidez se refleja en 11.364 millones de euros entre su capacidad de emisión de cédulas y activos líquidos.
La entidad resalta que el pilar fundamental de su desarrollo a lo largo del ejercicio 2018 ha sido la digitalización del negocio, que justifica más de la mitad del crecimiento de la entidad gracias a un crecimiento del 18,7% anual.
En definitiva, si bien resulta más atractivo encontrar datos malos en la presentación de resultados, y comentarlos en esta cátedra con cierta sorna, no resulta fácil con la información facilitada por Abanca, por lo que debemos limitarnos a quejarnos -en línea con la digitalización- por el coste que supondrá para los consumidores los 665 millones de euros por la aplicación de la “tasa Google”, tasa que se empeña en aplicar la ministra Montero. Un 3% por publicidad, intermediación y venta de datos on line de empresas con facturación de 750 millones de euros en el mundo y tres millones en España es motivo más que suficiente para quejarnos si el final de fiesta lo pagamos los consumidores. Traslación fiscal se llama, Sra. ministra…