El objetivo de Juan Carlos Escotet en España, en contra de lo que pudiera parecer, no es ser banquero, sino hacerse millonario. Ya lo es, pero nunca es suficiente. Desde luego, ser millonario está mejor visto que ser banquero -es lo peor del mundo- y permite ingresar en el selecto grupo de filántropos, en el que hay personajes tan destacados como George Soros o Bill Gates, conocidos ambos por su gran labor -caritativa, por supuesto- a favor de los pobres.

¿Cómo se explica, entonces, que Abanca esté creciendo en España comprando, por ejemplo, Banco Caixa Geral? Son cosas compatibles. Lo cierto es que, ahora, Abanca tiene capacidad de compra y Escotet lo está aprovechando para expandir la marca, no solo en España sino también en Portugal, donde adquirió -marzo de 2018- el negocio minorista de Deutsche Bank.

Abanca tiene capacidad de compra y Escotet lo está aprovechando para expandir la marca

En el fondo, se trata de engordar para vender y, de paso, evitar que le compren. Parece contradictorio, pero no lo es. Escotet quiere vender, sí, pero en el mejor momento, que todavía no ha llegado. Y mientras está en modo compra, nadie se va a acercar con la intención de adquirir Abanca.

¿Y buscar una fusión? A Escotet no le interesa porque eso supondría retrasar su objetivo final: dar el pase y embolsarse los millones correspondientes. Va por el buen camino. Así lo atestiguan los resultados obtenidos en los nueve primeros meses del presente ejercicio. No olviden, en cualquier caso, el punto de partida del negocio de Escotet en nuestro país: la ‘curiosa’ adjudicación -facilidades de pago incluidas- de NCG Banco por parte del Frob a pesar de que el venezolano no presentó la mejor oferta.

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