• El documento parte de un dogma calvinista bastante simple: si los pobres son pobres por algo será.
  • Y así, propone don Henry: lo que los pobres tienen que hacer es no fabricar más pobres.
  • En plata: no tener hijos.
  • Para ello tres objetivos:
  • 1. Disfrazar el aborto como derecho humano.
  • 2. Acabar con el cristianismo y convertirlo en la nueva religión universal sincretista.
  • 3. Los líderes del Tercer Mundo deben formarse en universidades privadas.
El Informe Kissinger lo resume como nadie -era de esperar- Juan Claudio Sanahuja, en su obra póstuma 'Poder global y religión universal', un informe que data de 1974 y que hoy, 43 años después, ha tenido un verdadero éxito. Aún sobrevive este pájaro (94 años), uno de nuestros peores ciudadanos. Al parecer, no tiene prisa en comparecer ante el Padre Eterno. No voy a anticipar su juicio pero no me gustaría ser su abogado. El Informe Kissinger parte del muy calvinista principio de que si los ricos son ricos por algo será. Ergo, lo que los pobres, aproximadamente todo el mundo no anglosajón, tienen que hacer es no fabricar más pobres. En plata: no tener hijos. El entonces secretario de Estado norteamericano (republicano, no demócrata) con los presidentes Nixon y Ford propuso tres líneas de actuación que han guiado la diplomacia norteamericana y mundial (Naciones Unidas) hasta el día de hoy, forjando lo que hoy llamamos Nuevo Orden Mundial (NOM):
  1. Se ordena a la política norteamericana disfrazar el control de la natalidad (aborto) bajo la capa de derechos humanos. Hay que ser bruto para convencer al mundo de que el asesinato es un derecho, pero Kissinger lo ha conseguido.
  2. Mientras el cristianismo siga siendo el patrón cultural de la humanidad no hay nada que hacer. Kissinger apuesta por una religión sincrética. Un cajón de sastre muy espiritualista, donde quepa todo y no quepa nada. Es el Imperio Romano redivido en Washington.
  3. Un asunto práctico pero harto interesante. Los políticos, en especial del mundo pobre, deben formarse en las universidades anglosajonas. Primero porque si tienen dinero para intentarlo es que no son pobres, son de nuestro club. Segundo porque desde jovencitos les impondremos nuestros dogmas, todos ello cristófobos y antinatalistas.
Y lo malo es que ese señor, más bien tirando a repugnante, el señor de Bilderberg, se ha visto marcado por el éxito. ¡Dita sea! Eulogio López eulogio@hispanidad.com