Braulio Medel, presidente de la Fundación Bancaria Unicaja, propietaria del 30,2% del capital del banco y, por tanto, máximo accionista de la entidad, está perdiendo la batalla contra Manuel Menéndez, que ha encontrado el apoyo de otro Manuel, Azuaga, presidente del banco y en su día hombre de confianza de Medel.

¿Qué está pasando? Pues que, tras la fusión con Liberbank, Medel quiere seguir gobernando el banco desde la Fundación, algo a lo que no está dispuesto el consejero delegado y previsible primer ejecutivo cuando Azuaga se jubile, en verano de 2023. Menéndez no quiere injerencias cuando asuma todo el poder, si es que así se lo otorga el Consejo de Administración de la entidad en el citado verano de 2023.

Tenemos, por un lado, a Medel, con un espíritu más cajero que banquero y, por otro, a Menéndez, cuya alma de banquero prevalece sobre la de cajero. Y próximo a Menéndez está Azuaga, que quiere culminar su mandato de la mejor manera posible, esto es, en paz con el consejero delegado.

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A Braulio Medel le ha salido mal la jugada y ha visto cómo Menéndez y Azuaga le han arrebatado, incluso, el apoyo político. Para el PP y su líder andaluz, el muy progre Juanma Moreno, sigue siendo socialista, mientras el PSOE -y el Gobierno- le considera felipista, corriente ampliamente superada por el sanchismo. Por cierto, el Banco de España tampoco le tiene especial simpatía.

En este contexto, Medel ha convocado un patronato extraordinario de la Fundación Unicaja, el próximo jueves 31, el mismo día de la celebración de la Junta General de Accionistas. Veremos qué sucede y si Medel logra seguir al frente de la Fundación, es decir, del banco. Si no lo consigue, la Fundación tendrá los días contados y el espíritu de caja de ahorros que aún mantiene la entidad desaparecerá por completo. Y el BCE lo celebrará. Menéndez, también.