Tres consejeros independientes, Manuel Conthe, Ana Bolao y Manuel González Cid, han dimitido. Bueno, el primero más bien fue cesado. Y ahora resulta que los consejeros dominicales superan a los independientes, lo que da opción al Banco Central Europeo (BCE) para hacer acto de presencia en nombre del buen gobierno corporativo, que es, según el regulador, que haya más consejeros independientes que dominicales, aunque el sentido común asegure que quien mejor protege al pequeño accionista es aquel que también representa a la propiedad. 

El asunto está en que como accionista de control del nuevo Banco Unicaja-Liberbak, la Fundación Unicaja, que lidera Braulio Medel, dice que verdes las han segado y que Manuel Conthe tenía que ahuecar el ala. Ahora bien, cuando dimiten otros dos independientes, entre ellos el coordinador de independientes, Manuel González Cid... pues tenemos el lío.

Se trataba de dar paso a más dominicales y, en pocas palabras, para que mande Unicaja antes de que llegue la trascendental fecha de julio del 2023, cuando Manuel Menéndez sustituirá, si el Consejo lo aprueba, a Manuel Azuaga como mandamás.

Ahora bien, no nos engañemos: esto no es una pelea por el buen gobierno coporativo, sino porque al irse representantes de Unicaja, Liberbank, el socio pequeño, podía hacerse con el control del Consejo de Administración de la entidad fusionada.Y Braulio Medel no está dispuesto permitirlo y, Menénez está dispuesto a conseguirlo a cualquier precio. 

Esto no es una lucha por el buen gobierno corporativo, esto es una lucha a dentelladas por el control del quinto banco de España concretado en la batalla por el control del Consejo que libran Braulio Medel y Manuel Menéndez

Y ahí surge el Congreso de los DIputados. Les explico por qué: el Congreso acusa a Braulio Medel (los peor pensados dicen que a instancias del asturiano Menéndez) de haber cobrado en consejos de filiales de Unicaja y no haberlo depositado en la entidad. Vamos, que, presuntamente, se habría quedado ese dinero. El Congreso de los Diputados exige a la Junta de Andalucía que le dé información sobre esos presuntos cobros indebidos. La consejería de Economía de la Junta se niega, el Congreso acude a los tribunales y el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía le da la razón. Pero la Junta se hace la longuis y el Congreso le vuelve a llevar a los tribunales. Sorprende la insistencia del Legislativo en una cuestión aparentemente marginal y de la que debería ocuparse el Banco de España. En cualquier caso, si algo no le conviene en estos momentos a Braulio Medel son problemas personales cuando está intentando que Unicaja, entidad absorbente, sea la que mande en la entidad fusionada... tal y como se pactó.

En resumen, esto no es una lucha por el buen gobierno corporativo, esto es una lucha a dentelladas por el control del quinto banco de España concretado en la batalla por el control del Consejo que libran Braulio Medel y Manuel Menéndez. 

Pero no deja de tener su gracia que la batalla haya llegado hasta el Congreso y hasta el Banco Central Europeo. Como no deja de tenerla que Manuel Conthe, expresidente de la CNMV, acabe sus días en consejos de banca. O como no deja de ser curioso, que el financiero Manuel González Cid, hombre de confianza de FG en el BBVA, se rasgue ahora las vestiduras ante un atentado contra el buen gobierno corporativo. Fíjense si sería hombre de confianza de FG que cuando éste prescindía de algún directivo por prejubilación les prohibía tajantemente trabajar en sitio alguno. Mucho menos ser consejeros de una entidad de la competencia. El legislador no debía estar pensando en financieros de banca como coordinadores de consejeros independientes en una caja de ahorros. Su salida echando los pies por alto, así como la despedida a la francesa del teólogo del buen gobierno, señor Conthe, parecen rasgados de vestiduras ligeramente farisaicos.