Enrique Colilles (izquierda de la image), director general de TROPS y Ángel Simón, presidente de Agbar
Se llama Enrique Colilles y es director general de TROPS. TROPS, que no es más que una cooperativa de agricultores malagueños y granadinos que, hartos del intervencionismo público en el campo y hartos de vivir de las esclavizantes subvenciones públicas de la política agraria común (PAC), decidieron unirse para plantar mangos y aguacates. Y han tenido éxito, al margen de la Política Agraria Común (PAC) y de las subvenciones públicas.
El Estado siempre te quita el doble de lo que te da y, sobre todo, te ata a sus subsidios, que suelen llegar tarde y mal. ¡Qué razón tenía aquel que dijo que, en materia económica, el Estado basta con que no incordie a la propiedad privada..! como también la tenía quien advirtió que el Estado no es malo sólo por ser público, como piensan tantos capitalistas, sino por ser grande y burocrático, la mayor y más esclavizante de todas las multinacionales. Su pecado no está en su naturaleza jurídica sino en su tamaño y en su espíritu funcionarial.
Solución: que el Estado se encargue de las infraestructuras y deje a los ciudadanos el desarrollo económico.
El Estado debe invertir en infraestructuras, que es lo suyo, no subvencionar la agricultura sino proporcionarles agua a los agricultores
TROPS ha sido un éxito porque se ha preocupado de buscar el agua que necesitaba para ser un éxito. Colilles recuerda que la producción de aguacates viene encabezada por Israel, un país desértico, que ha buscado el agua en el mar. Como también recuerda que en Canarias hace un cuarto de siglo que ya no se habla de sequía, porque se han preocupado de desalar agua de mar. Ni Israel ni Canarias tienen hoy escasez de agua y son tierra de desiertos y volcanes.
En definitiva, los agricultores que crearon TROPS decidieron prescindir en lo posible de las subvenciones de la política agraria común y de los usos de agua regulados por el Estado o bien por esa superestructura estatal llamada Unión Europea y su política agraria común (PAC), una de las culpables de la miseria en el Tercer Mundo. Culpable, también, de que los precios de los alimentos se disparen y de que cada día se produzcan menos. Los de TROPS se buscaron su agua y han colocado aguacates y mangos en media Europa.
Al lado de Colilles, en la misma reunión (Congreso CEDE de directivos españoles), celebrado en Granada, tres semanas atrás, participaba Ángel Simón, presidente de Agbar y uno de los primeros ejecutivos de la multinacional francesa Veolia. Hablábamos de él en Hispanidad, recientemente, cuando recordaba que las inversiones en infraestructuras acuíferas, precisaban de 18.300 millones de euros por año, durante 20 años.
Pues bien, Simón propone depurar el agua utilizada y asegura que hemos conseguido en este punto un éxito de re-uso superior al 80%.
La sequía tiene solución pero, como casi todas las medidas ecológicas, no se aplican porque resultan caras
En resumen, o desalar agua de mar o purificar el agua ya utilizada. Así, los desiertos se convierten en vergeles.
Al presidente de Agbar, Ángel Simón, lo mismo que Trops en su terreno, se le llevan los demonios ante la inacción gubernamental en materia de infraestructuras de agua, así que ha decidido investigar por su cuenta y reutilizar el agua por su cuenta y riesgo… en la media de lo posible.
¿Por qué el Estado no invierte en infraestructuras de agua? ¿Invertir en agua no es progresista? Simón aseguraba, la última vez, en el precitado Congreso empresarial CEDE, que la tarea más urgente que debe afrontar España es el agua. Por la doble vía de la desalación y la reutilización. La tecnología la tenemos, lo que pasa es que resulta costosa. Sabemos desalar agua y sabemos reutilizar el agua ya utilizada porque sabemos purificarla... sólo que no queremos porque es caro y no suele ofrecer muchos votos al político. El agua es lo más necesario, pero poco vistoso políticamente.
Un poner: en las 230 medidas de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, de PSOE y Sumar, para la nueva legislatura resulta que el agua se trata tangencialmente y sin ningún tipo de concreción.
Lo cual nos obliga a recordar lo de siempre: la sequía tiene solución pero, como casi todas las medidas ecológicas, aunque sabemos hacerlo, no se ejecutan porque resultan caras.
Además, la sequía no es un problema porque el mundo está lleno de agua... pero desalar es caro. La otra solución para tener aguar es la mencionada, purificarla, más barata que la desalación, pero eso también exige la realización de infraestructuras que el Gobierno se niega a afrontar. Repito: entre las 230 medidas del acuerdo de Gobierno entre PSOE y Sumar, las referencias al agua son mínimas, por no decir inexistentes. La única idea que aportan los verdes es la de consumir menos agua y así no tener que producir tanta agua. Lo de siempre: volver a la caverna.
La alternativa es consumir el agua que necesitemos, ni más ni menos, y producir más agua, sea por desalación o sea por purificación. Para eso, el Estado debe invertir en infraestructuras, que es lo suyo, no subvencionar la agricultura sino proporcionarles agua a los agricultores.