BBVA y Caixabank, en guerra con los saudíes: quieren que el Gobierno les imponga condiciones: por de pronto, que no entren en el Consejo de Telefónica
¿Qué ocurrió en el Consejo de Telefónica del pasado miércoles, primera sesión tras el anuncio de la entrada de los saudíes en el accionariado de la operadora? Nada.
El presidente, José María Álvarez-Pallete ya había hablado con la práctica totalidad de los consejeros, especialmente con el nucleo duro que forman BBVA y Criteria, así que fuese y no hubo nada.
La situación es esta: BBVA y Caixabank quieren que el Gobierno imponga a los saudíes condiciones duras: por de pronto, que no entren en el Consejo de la operadora. La titular de Defensa, Margarita Robles, está de acuerdo con esa tesis.
En el CNI advierten que los árabes utilizarán Telefónica para poner un pie en Iberoamérica, donde la tiranía árabe pretende competir con la tiranía china
Y es que los árabes, una vez más, no están jugando limpio. Día a día amplían su presencia en el capital de Telefónica, vía Morgan Stanley. Ya controlan más del 12% y no conocen límites. Encima, persisten en la la chulería de no pedirle permiso al gobierno español, como es preceptivo.
En el CNI, además, advierten que los árabes utilizarán Telefónica para poner un pie en Iberoamérica, donde la tiranía árabe pretende competir con la tiranía china, verdadera potencia colonial en la economía hispanoamericana.
Que Telefónica fuera la que ofreciera a distintos fondos, privados y soberanos, entrar en su capital ¿es compatible con el hecho de que los árabes entraran por la puerta de atrás y a lo bestia? Sí, lo es, pero resulta difícil de aceptar sin sospechar
Y la cuestión central: que Telefónica fuera la que ofreciera entrar a distintos fondos, privados y soberanos, entrar en su capital, ¿es compatible con el hecho de que los árabes entraran por la puerta de atrás y a lo bestia? Sí, lo es, pero resulta difícil de aceptar sin sospechar.
En cualquier caso, BBVA y Criteria están cabreados. No tienen la liquidez de Bin Salman que, por poder, puede comprar toda Telefónica pero no quieren ver reducida su influencia en la compañía y presionan donde deben: en el Gobierno Sánchez.