Decíamos en Hispanidad que la semana no pintaba bien para el magnate Carlos Slim. Metrovacesa ya le amargó el comienzo del mes, con reducción de ingresos, hecho que por otro lado no detuvo al mexicano ni al Santander para ordenar un suculento reparto de dividendo. Para continuar con las penas, ayer miércoles se publicaron los resultados de Realia y de Inmocemento, y ambos veían caer sus ingresos. 

Pero el jueves remonta y FCC da una alegría a Slim, y eso que es la empresa que no gestiona, sino trocea. Para entendernos, hace menos de un mes Slim vendía otro 25% de Medioambiente (ahora, FCC Enviro), lo que alimentaba la teoría de que los planes del mejicano consistían en el troceo de FCC y avanzar hacia el ‘esquema Villalonga’. Es decir, el mismo que Juan Villalonga puso en marcha cuando presidía Telefónica, bajo el principio infundado y muy anglosajón, de que la suma de las partes vale más que el todo. Recuerden: a Villalonga le salió mal. 

Slim no parece dispuesto a invertir más en España, como podía deducirse de la última rueda de prensa de la compañía: sólo va a seguir sacando rendimiento a su inversión. Salvó FCC, pagando su deuda y consiguiendo reducirla: ha ordenado el balance, sí, pero no se ha emocionado con la compañía, no gestiona, sólo trocea. Y es que lo suyo es el inmobiliario. 

Y, por ahora, parece que no le va nada mal su esquema, según ha informado la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV): el beneficio neto atribuible fue de 156,9 millones de euros en los nueve primeros meses del año, cifra un 63,4% inferior a la del mismo periodo de 2024, sin embargo, la cifra de negocios de FCC creció un 7,7% entre enero y septiembre, hasta los 7.051,5 millones de euros. Además, la cartera de ingresos del grupo FCC se incrementó un 7,3% a cierre de septiembre con respecto a diciembre de 2024, hasta sumar 49.720 millones de euros. Este crecimiento, ha explicado la empresa, ha estado liderado por el área de Construcción debido a la contratación internacional de importantes contratos de infraestructura.

La caída del beneficio se explica por la escisión de las áreas de Cemento e Inmobiliaria llevada a cabo en noviembre de 2024, que hasta septiembre del año pasado contribuyeron al resultado neto atribuible con 148,5 millones de euros, frente a una contribución nula en este ejercicio. Además, la compañía ha explicado que la fortaleza del tipo de cambio del euro respecto a diversas monedas; el efecto contable de provisiones dotadas en ciertas actividades y algunos ajustes de inversión en activos de tratamiento de residuos también han sido fundamentales en la bajada del beneficio. 

La cifra de negocios crece "gracias a la combinación equilibrada tanto de las adquisiciones realizadas por el área de Medio Ambiente durante el ejercicio 2024 en Reino Unido, Estados Unidos y Francia, como al crecimiento orgánico registrado en todas las áreas de negocio", ha precisado la empresa. Por su parte, el beneficio bruto de explotación (Ebitda) de FCC creció un 7,5% en los nueve primeros meses del año, hasta los 1.058,6 millones de euros, apoyado por el aumento en los ingresos. El margen operativo del Ebitda, con un 15%, se mantuvo en niveles similares a los obtenidos en el mismo periodo del ejercicio pasado.

FCC ha destacado especialmente el buen comportamiento de su negocio de Concesiones, que experimentó un avance del 38%, impulsado por la puesta en marcha de nuevos contratos. También el área de Agua mostró "progresos significativos en sus distintas líneas de actividad".

Pero insistimos, lo importante con FCC no son tanto sus resultados, sino los planes de Slim: ya se encargó de disgregar Realia de FCC, ahora se quiere cargar Medioambiente. En resumen, el mexicano salvó a FCC, que no tenía un problema de negocio sino de deuda. Y ya saben que para negociar con acreedores bancarios la primera condición es ser grande, cuanto más grande mejor. Ahora bien, a partir de ahí, el mexicano se ha dedicado, más que a gestionar FCC, a trocearla, especialmente en el terreno que más le agrada a Carlos Slim: el inmobiliario.

Al final, Slim ha hecho un estupendo negocio... FCC no tanto.