Que el 10,10% de los accionistas voten en contra de las remuneraciones del Consejo de Administración es un porcentaje muy elevado. Y eso que votaron las de 2020, inferiores a las del pasado ejercicio. En la Junta de este año -24 de marzo- conoceremos el veredicto sobre los sueldos de 2021, año del ERE que afectó a 1.600 empleados y que recibió más de 2.100 peticiones.

Por cierto, ahora que se hace tanto hincapié en la buena gobernanza, sería un paso importante que esta votación pasara de consultiva a vinculante. A fin de cuentas, los accionistas son los dueños de las compañías.

Vamos con las remuneraciones. El presidente, Josep Oliu, que con el nuevo organigrama dejó de ser ejecutivo, percibió un total de 9,3 millones de euros, de los que 7,4 millones correspondieron al sistema de ahorro, 1,7 millones a la remuneración en metálico y 71.000 euros como beneficio bruto de las acciones.

César González-Bueno, consejero delegado desde marzo, cobró 1,8 millones en metálico y 112.000 euros como beneficio por las acciones, lo que hizo un total de 1,9 millones de euros.

Su antecesor, Jaume Guardiola, se marchó con 24,3 millones, una suma importante de la que 23,8 millones correspondieron al sistema de ahorro, 374.000 euros a la remuneración en metálico y 53.000 euros al beneficio bruto de las acciones.

La ex secretaria del Consejo, María José García Beato, también se fue tras cobrar una suma importante: 6,3 millones, de los que 4,6 millones correspondieron al sistema de ahorro, 1,5 millones a la remuneración en metálico y 163.000 euros al beneficio bruto de las acciones.

Los empleados del Sabadell, por su parte, cobraron una media de 59.000 euros, un 9,26% más que en 2020. En 2019, año previo a la pandemia, ganaron una media de 55.000 euros.