A la espera del cierre bursátil de este miércoles, el Santander ha sido el valor más castigado durante buena parte de la jornada, con caídas cercanas al 6%, frente a un Ibex que por momentos rozó el -2%. Es cierto que cayeron todos los bancos, pero sólo Caixabank, junto con el Santander, superó el -4%. Por cierto, mientras el BBVA caía un 3,5%, el Sabadell retrocedía un 2,8%, el día que la CNMC aplazó su dictamen sobre la OPA.

El caso es que el Santander comenzó bien el año, pero Brasil y Reino Unido, dos filiales que antaño fueron punta de lanza, se encargaron de estropearlo. El país americano registró un margen bruto de 1.878 millones de euros, esto es, un 11% inferior al de marzo de 2024 (a tipo de cambio constante aumenta un 2%), y un beneficio antes de impuestos de 233 millones, un 31% menos, que pasa a ser un 21% menos si es a tipo constante.

En Reino Unido, el plan de recortes comenzó a impactar positivamente en las cuentas, que registraron un margen bruto de 1.190 millones de euros, un 7% más que en marzo de 2024. Sin embargo, y tras un alza del 20% del margen neto, el beneficio antes de impuestos descendió un 5% y no superó los 348 millones de euros. En todos los casos estamos hablando del negocio retail, que en España registró un beneficio bruto se disparó un 40%, hasta los 810 millones.

Si nos fijamos en la cuenta consolidada del grupo vemos cómo el Santander no escapó del efecto ‘bajada de tipos’, del BCE. El margen de intereses cayó un 5% (sin tipo de cambio, un -1,7%), hasta los 11.378 millones, mientras las comisiones aumentaron un 4% (un 8,7% sin tipo de cambio) y alcanzaron los 3.369 millones.

El beneficio neto del banco que preside Ana Botín alcanzó los 3.402 millones de euros, un 19,3% más que en marzo de 2024 por el impacto que tuvo el pago íntegro del impuesto a la banca en el primer trimestre de ese año. Sin ese impacto, el aumento habría sido del entorno del 10%.

Durante la rueda de prensa telemática, el consejero delegado, Héctor Grisi, admitió que la venta del 49% de la filial polaca (el Santander posee el 61% del capital, valorada entre 7.500 y 8.000 millones de euros) a la entidad austriaca Erste Group podría fracasar.

Donde no piensa desinvertir el Santander es en Reino Unido. El CEO insistió en que un mercado ‘core’ y que lo único que harán es segregar el negocio de financiación de automóviles.