Philips cerró 2023 con mayores ingresos y menores pérdidas... y recompensará a los accionistas vía dividendo, pero aún no ha cerrado la crisis de los respiradores en EEUU
Philips ha logrado elevar ingresos y bajar pérdidas en el conjunto de 2023, a pesar del tropiezo en el cuarto trimestre. Sin embargo, no parece suficiente para los inversores, que han penalizado el hecho de que, por ahora, no se venderán respiradores en EEUU. Y es que la cotización ha bajado un 7%.
La compañía de tecnología neerlandesa, dedicada a dispositivos médicos, ha alcanzado un acuerdo con la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de EEUU para no vender allí sus respiradores “hasta que se cumplan los requisitos pertinentes del decreto de consentimiento”, ha explicado el presidente y CEO de Philips, Roy Jakobs. Asimismo, han registrado una provisión de 363 millones de euros en el cuarto trimestre y este año prevén unos 100 puntos básicos de costes por la remediación y los pagos por la devolución de ventas de Respironics en EEUU. Por tanto, aún puede dar por cerrada la crisis de los respiradores que surgió en 2022 cuando la FDA avisó de posibles riesgos para la salud y obligó a la empresa a repararlos o reemplazarlos, provocando pérdidas y anuncio de miles de despidos (10.000 -13% de la plantilla- hasta 2025). “Resolver las consecuencias de la retirada de Respironics para nuestros pacientes y clientes es una prioridad”, ha añadido Jakobs.
Philips ha elevado los ingresos a 18.169 millones de euros, lo que supone un alza del 2% en términos nominales y un 6% en comparables. Por divisiones, la única que ha incrementado ventas en el conjunto del año 2023 ha sido diagnóstico y tratamiento, alcanzando los 8.818 millones; mientras las del resto (Atención Conectada, Salud Personal y Otros) han descendido ligeramente. Los gastos financieros has ascendido a 314 millones, superando los del año anterior (200 millones).
El beneficio operativo de Philips ha mejorado, pero no lo suficiente para dejar el terreno negativo: ha pasado de -1.529 millones a -115 millones. El resultado bruto de explotación (ebita) se ha mantenido bastante estable, pasando de 192 millones a 183 millones, a pesar de que en cuarto trimestre ha bajado de 301 millones a 106 millones. Por su parte, el resultado neto ha arrojado pérdidas, pero estas se han reducido notablemente frente al año 2022, pasando de -1-605 millones a -463 millones. Y la deuda neta se ha situado en 5.820 millones, por debajo de los 7.007 millones que registró en los nueve primeros meses.
“Nuestros sólidos resultados en 2023 fueron impulsados por la sólida ejecución del primer año de nuestro plan trienal para crear valor con impacto sostenible. Si bien queda más trabajo por hacer, el progreso que logramos en un mundo volátil sienta una base sólida para un desempeño sostenido”, ha destacado Jakobs. Y habrá recompensa para los accionistas, porque se propondrá a la Junta General de Accionistas el reparto de un dividendo de 0.85 euros brutos por acción. Además, para este año esperan un mejor desempeño. Eso sí, para los analistas del Banco Sabadell, no hay tanto que festajar porque los resultados del cuarto trimestre han sido negativos a nivel operativo y por el acuerdo con la FDA, aunque lo ven un paso adelante para dejar atrás el caso de los respiradores.