Hablábamos el otro día de las generosas subvenciones del Gobierno Sánchez a las grandes multinacionales para que abran oficina o fábrica en nuestro país, pero siempre manteniendo intactas sus patentes. En el momento en el que flaqueen las ayudas públicas o Hacienda se ponga pesada, recogen y se marchan. En esto consiste el generoso plan de Moncloa… con dinero de los contribuyentes.

Además de la ayuda económica, el apoyo institucional es vital en muchos casos para abrirse camino dentro y fuera de nuestras fronteras, especialmente en algunos sectores como el farmacéutico. PharmaMar es un claro exponente de esto. La compañía que preside José María Fernández Sousa-Faro ha recibido un pago de 10 millones de dólares por parte del laboratorio belga Janssen, filial del gigante norteamericano Johnson&Johnson, para vender y distribuir en exclusiva el medicamento contra el cáncer, Yondelis, en Estados Unidos.

El importe pagado por Janssen se antoja escaso o muy escaso. Sí, según el comunicado remitido este lunes por la compañía a la CNMV, el acuerdo entre ambas compañías se remonta a 2019 y remplazó al firmado en 2001. Sea como fuere, el mercado no lo ha visto con buenos ojos y la cotización de PharmaMar se ha desplomado cerca de un 7% este lunes, antes de ceder su puesto del Ibex a Logista, y ha enfriado la buena evolución que mantenía desde enero (+18%).

Son 10 millones de dólares (9,5 millones de euros) por comercializar y distribuir en exclusiva en EEUU uno de los medicamentos estrella de la farmacéutica gallega, aprobado en más de 70 países para el tratamiento de sarcoma de tejidos bandos. En algunos países también está aprobado contra el cáncer de ovario. A pesar de ello, PharmaMar no ha contado con apoyo institucional, tampoco durante los meses más duros de la pandemia, cuando su antiviral Aplidin mostró ser eficaz contra el Covid.

Ni Sánchez, ni Feijóo, entonces presidente gallego… ni la CNMV de Sebastián Albella, que le solicitó información adicional sobre Aplidin más propia de la Agencia Española del Medicamento que del supervisor del mercado.

En resumen, Sánchez entrega generosas subvenciones a multinacionales extranjeras para que al final sigan vendiendo sus productos en España, mientras niega cualquier apoyo económico e institucional a las empresas de nuestro país.