En diciembre del pasado año, el lujo destronaba a la tecnología. Bernard Arnault, CEO de LVMH (Dior, Loewe, Givenchy), se convertía en el hombre más rico del mundo, por delante de Musk o Bezos, y en enero el grupo francés registraba unos espectaculares resultados. Ahora su competencia, la compañía de moda francesa Kering, dueña de firmas tan emblemáticas como Yves Saint Laurent, Gucci, Balenciaga y Bottega Veneta, ha presentado sus resultados que ponen de manifiesto la victoria del lujo sobre la tecnología, con un crecimiento del 15% en sus ventas y del 14% en su beneficio neto en el cuarto trimestre. No obstante una caída del 2% en los ingresos a causa de las cuentas de Gucci, ha provocado que el presidente y consejero delegado del grupo, François-Henri Pinault, asegure que Kering cierra el año por debajo de "su potencial". 

“Estos resultados no están a la altura de nuestras ambiciones y potencial”, ha explicado Pinault, aunque añade que muchas de sus marcas se enfrentaron “a retos, especialmente a finales de año”.

Así, Kering facturó 20.351 millones de euros, lo que, como hemos mencionado, supone un incremento del 10%. Este aumento en las ventas se consiguió a través de sus tiendas propias, donde incluyen el comercio electrónico. Además su beneficio se situó en 2022 en 3.614 millones de euros. 

De todas las marcas del grupo, Yves Saint Laurent fue la que más creció el pasado año, un 31%, hasta los 3.300 millones de euros, una evolución “en línea con las ambiciones del grupo”, según explica la compañía. Si nos centramos en el cuarto trimestre, la firma facturó un 4% impulsada por el retail, donde los ingresos aumentaron un 7%, se le resiste el multimarca, que disminuyó un 13% su facturación en este periodo. 

Pero la joya de la corona de Kering sigue siendo Gucci, su buque insignia. Y por el que el grupo apuesta fuerte. Recordemos que a principios de abril, Kering nombró un nuevo responsable para Gucci en China. Así el negocio en Asia estaría capitaneado por Laurent Cathala, que cuenta con una larga experiencia al frente del negocio en la zona. Con este nombramiento la cúpula en China de la marca italiana era renovada casi al completo, pero el mercado no está respondiendo como se esperaba. Las marcas de la competencia con las que se suele comparar a Gucci son Hermès, de Hermès International, y Louis Vuitton, dentro del grupo LVMH. Las alarmas en Kering saltaron al conocer que tanto Hermès como Louis Vuitton registraron un crecimiento de ventas más potente que el obtenido por Gucci. Y la preocupación continúa. Gucci creció un 8% en 2022, llegando a los 10.487 millones de euros, lo que supone más de la mitad del total de la cifra de negocio de la compañía. Pero en el canal multimarca y en retail las ventas a penas aumentaron un 1%, a lo que hay que sumar que en el cuarto trimestre del ejercicio, Gucci facturó un 14% menos que en 2021, a causa de las restricciones del comercio y la movilidad en China. 

De todas las marcas del grupo, Yves Saint Laurent fue la que más creció el pasado año, un 31%, hasta los 3.300 millones de euros, una evolución “en línea con las ambiciones del grupo”, según explica la compañía

El grupo destaca a Bottega Veneta, que registró un “año récord”, con una facturación de 1.740 millones de euros, un crecimiento del 16%, aumentando ventas en tiendas propias (+11%) y en multimarca. Además, según señalan desde Kering “Balenciaga ha registrado un año excelente, a pesar de las dificultades en diciembre” y la evolución de Alexander McQueen fue "buena" en las divisiones de bolsos y moda. 

Kering crece mucho en los artículos conocidos como de 'acceso al lujo', como son los complementos o el negocio de óptica. Esta última división facturó 1.139 millones de euros y disparó sus ventas un 55% frente a 2021 a través de las 17 marcas donde el grupo distribuye gafas. El objetivo del grupo es que Kering Eyewear se posicione como “el operador de la óptica de lujo más relevante en el mercado mundial”.

Su apuesta de Kering por esas divisiones que suponen la puerta de entrada al lujo es clara, saben que es crucial en momentos de incertidumbre económica, por lo que el grupo francés anunció hace unos días que se creaba la primera división de cosmética, poniendo al frente a una ex de Estée Lauder, Raffaella Cornaggia, que supervisará el desarrollo de esta línea cosmética para Bottega Veneta, Balenciaga, Alexander McQueen, Pomellato y Qeelin.