Lo más llamativo de los resultados hasta septiembre de Kutxabank es la reducción del 6,9% de los ingresos ‘core’ del negocio bancario, que no superaron los 1.409,3 millones de euros, impactados por la caída del 12,8% del margen de intereses, que no pudo compensar con comisiones, que aumentaron un 5,6%.

Es decir, el negocio bancario va mal. El margen bruto disminuyó un 1,8%, hasta los 1.451 millones, y el margen de explotación hizo lo propio, un 5,2% y se quedó en los 897,5 millones, tras unos gastos de explotación al alza (+4,1%), de 553,5 millones, por la inversión en la transformación digital.

A partir de ahí, la cuenta se recupera gracias a las menores provisiones y a otras ganancias (+144,6%, hasta 51,2 millones), para concluir en un beneficio bruto de 684,9 millones de euros, un 31,1% superior al de septiembre de 2024.

Dicho esto, la actividad comercial fue intensa durante el periodo y se centró en crédito al consumo e hipotecas, un negocio en el que la competencia se ha disparado y ha llevado a algunas entidades a lanzar ofertas irracionales, según algunos banqueros.

Por lo demás, Kutxabank cerró septiembre con una rentabilidad (ROTE) del 10,6%, que no es como para tirar cohetes, una eficiencia, excluido el ROF, del 37,9%, una elevada ratio de solvencia (CET1) del 21% y una morosidad del 1,1%, una de las más bajas del sector.

En definitiva, el resultado bien, pero el negocio típico bancario, mal.