Quizás el nombre de Reem Alsalem no les suena, pero créanme que lo han leido. Es la relatora especial de las Naciones Unidas sobre la violencia contra las mujeres y las niñas. Irene Montero no le tiene mucho cariño, lo cual es signo de que hace bien su trabajo. Alsalem fue la encargada de revisar las leyes 'Solo sí es sí' y 'trans' y le parecieron una auténtica barbaridad, acusó a Irene de no proteger a las mujeres y de que sólo existían dos sexos, por lo que el descontrol de sus normas era más que evidente. Irene, que ante todo es humilde, pasó olímpicamente de la relatora de la ONU y prosiguió con su diarrea legislativa, que decía Pam.

Una vez tienen situada a Alsalem, y teniendo en cuenta el evidente cambio que está surgiendo en Naciones Unidas y en el mundo con la Administración Trump, no nos extraña lo que cuenta Friday Fax. Anna Cody, comisionada de Australia contra la discriminación sexual, ha intentado orquestar el despido de Alsalem.

Según los correos electrónicos privados obtenidos por The Australian, Cody preguntó al jefe de la Comisión Australiana de Derechos Humanos (AHRC) si se podía bloquear la extensión del mandato de Reem Alsalem. En sus correos, Cody se quejó de la intervención de Alsalem en temas relacionados con las mujeres trans y sus derechos, así como de su interpretación de la CEDAW para excluirlas.

¿El motivo? Alsalem ha estado molestando a la izquierda en la ONU. Como bien señala Friday Fax, Alsalem publicó un informe sobre la violencia contra las mujeres y las niñas en el contexto del deporte, que incluía críticas a los atletas masculinos transidentificados que compiten en competiciones femeninas. Ha pedido la abolición de la prostitución y la pornografía y ha abogado por la prohibición de la maternidad subrogada. Más recientemente, ha defendido su mandato de proteger a las mujeres y las niñas de la violencia insistiendo en que se las defina por sexo y no por una versión socialmente construida del “género”.

Vamos, lo tiene todo para molestrar a la progresía de la ONU que insiste en sus medidas progresistas habituales.