Se extienden el fracaso y los problemas del coche eléctrico, aunque algunos intenten venderlo como la panacea en pro de una movilidad sostenible. Claro que la realidad es más bien otra: a las bajas ventas, se suman menores ayudas, el frío paralizante y hasta los incendios más difíciles de apagar que provocan.

El fracaso se ha visto en EEUU, donde Hertz ha vendido 20.000 automóviles eléctricos para comprar más... ¡de gasolina! Al mismo tiempo, no hay que olvidar que estos nuevos coches ‘verdes’ no pueden con el frío paralizante en Noruega o la eliminación de ayudas en Alemania y su escaso porcentaje de ventas en España, donde faltan ayudas ante el caro precio y falta despliegue de puntos de recarga.

Todo lo verde es caro, como hemos referido en múltiples ocasiones en Hispanidad. Es decir, la ecología arruina la economía... y hasta el fondo BlackRock, el colonizador del Ibex (está presente en 19 de sus 35 empresas, y ahora serán 20, tras comprar GIP, el fondo que tenía el 20% de Naturgy), ha dado un cambio: ha pasado de ser uno de los primeros apóstoles de la ecología a considerar que lo del medio ambiente está muy bien, pero primero hay que ser rentable, y esto refleja muy bien eso de que la ecología suele ser enemiga de la economía).

Claro que en el tema del coche eléctrico también hay otros problemas, como: el tiempo de la carga, la competencia desleal china, los mayores costes de reparación de daños, las explosiones y los incendios que protagonizan y son más difíciles de apagar. Esto se ve muy bien con un ejemplo que ocurrió hace unos meses y ahora recuerdan en X (red social que es propiedad de Elon Musk y antes se llamaba Twitter) con las explicaciones de los especialistas en sistemas de protección contra incendios Prefire. Se trata de un incendio de un Tesla Model X (es decir, fabricado por la compañía fundada y dirigida por Musk) tras chocar  y los bomberos refieren que es más complicado que un incendio de un coche de combustión: tuvieron que cortar dos carriles de la autopista y una rampa de acceso durante más de seis horas y recurrir a los técnicos de Tesla. En un coche eléctrico no hay combustible, pero la batería está compuesta por miles de celdas de iones de litio y en caso de incendio, el peligro aumenta si la batería se sobrecalienta y hace arder también los componentes plásticos que la rodean. Asimismo, apagar un incendio de un eléctrico requiere muchos más de miles de litros para su extinción, ¿y esto es sostenible? Por supuesto que no. 

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Y claro, estos incendios no sólo preocupan en las carreteras, sino también cuando se producen dentro de aparcamientos o incluso en un carguero. Ojo, aquí también entra en juego la seguridad y esto se está viendo a pequeña escala porque varias ciudades españolas han prohibido el patinete eléctrico en el transporte público. Por ejemplo, en Madrid por la explosión de uno de ellos dentro de un vagón de Metro, que lo dejó destrozado.

Y luego está el tema de que se puede ser ecologista, pero no caer en la idiotez ni en la estafa verde. Pasen y vean: autobuses eléctricos cargándose con generadores diésel. ¡Olé!