La Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) ha pedido incentivos y medidas fiscales para recuperar el mercado español y la producción, y acelerar al mismo tiempo la electrificación. Y ojo, considera que son medidas urgentes para garantizar el futuro de la industria automovilística española. Y las pide cuando ya han llegado los primeros ajustes: en Seat, que forma parte del grupo Volkswagen y en el nuevo convenio colectivo que firmó el año pasado incluyó 1.330 salidas voluntarias hasta 2026; y Ford planea recortar 3.200 empleos en Europa, según el sindicato alemán IG Metall.

Anfac ha presentado su ‘Hoja de Ruta 2023-2025’ ante la crisis profunda de ventas que vive España, que aún son un 35% inferiores a las preCovid de 2019, y dicha diferencia es mayor que la registrada en la media de la Unión Europea (-29%), pero sólo Noruega presenta mayores ventas que en 2019 (un 22% mayores). A las bajas ventas se suman otros aspectos preocupantes: la producción sigue afectada por la crisis de chips, ha seguido creciendo el envejecimiento del parque automovilístico español (la edad media es de 14 años y el 44,4% tiene más de 15 años), el poco avance en turismos electrificados (100% eléctricos e híbridos enchufables -con una batería grande que se recarga por el motor de combustión y también mediante un enchufe-) y el fuerte retraso en el despliegue de puntos de recarga.

Wayne Griffiths, presidente de Seat y de Anfac, ha alertado de la compleja situación de un sector que aporta el 10% del PIB y emplea a cerca de 2 millones de personas, al señalar que “2022 ha sido un año muy difícil”, porque “por tercer año consecutivo los datos de producción y mercado están muy por debajo de lo previsto. Esta situación es muy negativa, y el sector no puede continuar de esta manera”. Opina que “España no puede perder 2023” y se deben tomar decisiones ambiciosas con todos los actores para “recuperar el mercado e impulsar la electrificación de la movilidad, pero contando con la industria”.

Aún no se sabe si Ford hará ajustes en Almusafes, pero sí que quiere acelerar la electrificación porque aspira a que en 2030 todos sus turismos sean eléctricos y a que en 2035 lo sean todos sus vehículos

Griffiths ha referido que Europa se está partiendo en dos en materia de electrificación, con países como Alemania (26,2%), Francia (20,6%) o Portugal (19,3%) superando la media comunitaria, mientras en España sólo ha sido del 9,2% y se coloca ligeramente por encima de Italia (9%). En nuestro país, se vendieron 78.329 turismos electrificados el año pasado, muy lejos del objetivo de 120.000. Por ello, Anfac ha pedido más ayudas a la compra: por ejemplo, con la mejora del Plan Moves III eliminando el pago del IRPF y las listas de espera, y con un nuevo sistemas de incentivos con cobro en el momento de la compra y de mayor cuantía que los actuales. Asimismo, ha reclamado medidas fiscales: deducción del IVA para los autónomos y empresas que adquieran coches electrificados, mejores deducciones en retribución en especie para vehículos eficientes, deducciones en Impuesto de Sociedades por la inversión en la compra de coches eléctricos e infraestructuras, así como una reforma fiscal que incluya medidas en el Impuesto de Matriculación y en el de Circulación en pro de la electrificación y la renovación del parque. Por último, ha pedido un Plan Moves para las infraestructuras de recarga y plazos abreviados en la tramitación para impulsar su despliegue. “Agradecemos la reducción en la amortización para las empresas que compren vehículos electrificados. Pero necesitamos mejoras en IVA, en Impuesto de Sociedades, en IRPF”, ha insistido el director general de Anfac, José López-Tafall.

La ‘Hoja de Ruta 2023-2025’ de Anfac se conoce el mismo día que el sindicato alemán IG Metall haya señalado que Ford planea reducir 3.200 empleos en Europa y llevar parte del trabajo a EEUU. Aún no se sabe si esto afectará a la planta que tiene en España y se sitúa en Almusafes, donde actualmente no hay un ERTE relevante (sólo se hay pactado uno para algunos días hasta el 30 de junio), pero sí que el fabricante automovilístico estadounidense quiere acelerar la electrificación porque aspira a que en 2030 todos sus turismos sean eléctricos y en 2035 lo sean todos sus vehículos. Al hilo de esto, recuerden que algunos expertos han señalado que la carga de trabajo de un vehículo eléctrico es hasta un 50% menor que la de uno de combustión tradicional, por lo que será necesario formar y reconvertir profesionales, así como hacer ajustes. Además, Ford no anda para tirar cohetes, porque en los nueve primeros meses de 2022 perdió 3.390 millones de euros y el pasado agosto revisó previsiones de producción en Europa y renunció al PERTE del vehículo eléctrico y conectado en España. Ahora queda por ver si acudierá o no a la segunda convocatoria de dicho PERTE.