Hace apenas una semana, Merlin anunciaba una ampliación de capital por valor de unos 2.000 millones para poder desplegar hasta 200 nuevos megavatios (MW) en sus centros de datos. Y en plena operación, el Santander, principal accionista de la socimi con el 22,3% del capital, cambia el Presidente. Así, Javier García-Carranza abandonará su cargo en Merlin y se centrará en su nuevo puesto en el banco. 

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El Santander le sustituirá por otro nombre de la casa, José Luis de Mora, actual responsable de Desarrollo Corporativo y Planificación Financiera que pasará a ser vicepresidente ejecutivo de Digital Consumer Bank. De Mora y García-Carranza son dos hombres de la entidad que tienen un largo bagaje en operaciones especiales, aunque con diferentes estilos. 

De Mora es un hombre discreto pero conocido, fue el encargado de presentar aquella curiosa oferta por el Banco Popularde entre 4.000 y 7.500 millones de euros. Abanico amplio que terminó siendo innecesario porque la JUR de Elke König se lo regaló por un euro.

Volviendo a la ampliación, como consecuencia, el resto de accionistas se diluirán, y el Santander no se librará de esto. El banco no quiere poner dinero, tampoco quiere la dilución, pero le gusta el objetivo para el que va a ser empleada la ampliación: los centros de datos. Por lo que está dispuesto a ceder, pero observando la dirección y el rumbo de Merlin con lupa, además la dilución les afectará poco. 

De ahí el cambio, García-Carranza parece que, pese a su ascenso, en los temas de Merlin no ha brillado mucho. No le fue muy allá con un intercambio de activos, algo que desató la guerra en la socimi y que casi provoca la expulsión de su consejero delegado, Ismael Clemente. Tampoco consiguió integrar la socimi dentro del Santander, y para colmo, y volviendo a la Junta General donde se anunció la ampliación de capital, los accionistas tomaron otra decisión. 

Clemente agrandaba el Consejo a 14 miembros, lo que llevó a la modificación de los estatutos, en la que el consejero delegado lograba otra victoria sobre García-Carranza, haciéndole perder su voto decisivo en caso de empate en las decisiones.