El coronavirus puede con todo menos con Hacienda: comenzó la Campaña de Renta con la previsión de devolver 10.686 millones de euros a 14.565.000 contribuyentes
La desaparición del dinero físico es un tema recurrente, que suele aparecer cuando salen a la luz datos de utilización de tarjetas de crédito o débito para pagar nuestras compras. Cuanto más se utiliza la tarjeta -ahora también el móvil-, más se incide en la idea de que el dinero físico terminará desapareciendo tarde o temprano.
El tema es serio, aunque nunca ha ido más allá de una estadística más o menos probable. La desaparición del dinero en efectivo es como la muerte de la prensa vegetal. La mayoría dan por hecho que se dará, pero en un futuro que nadie se atreve a concretar. Eso ha sido así hasta ahora, que los bancos centrales tienen el asunto encima de la mesa y ya están deliberando sobre la conveniencia de acelerar el proceso.
El dinero siempre está disponible en la red, mientras que en la calle solo está al alcance de los ladrones cuando lo llevamos encima
El dinero digital -no confundir con las criptomonedas- tiene pros y contras. A favor, que es mucho más sencillo de rastrear, algo que Hacienda comprueba -y celebra- todos los días. Cualquier transacción, por pequeña e insignificante que sea, queda registrada si se realiza con tarjeta o mediante una transferencia bancaria. Ninguna queda al margen de la Agencia Tributaria. Se cumple así aquello de que en esta vida solo hay dos cosas seguras: la muerte… y Hacienda.
Ahora bien, el dinero digital está más expuesto a estafas y a los amigos de lo ajeno. ¿Quién no conoce o ha sufrido en primera persona el robo de dinero en internet? Me dirán que es el equivalente a un robo en la calle, pero no lo es. El dinero siempre está disponible en la red, mientras que en la calle solo está al alcance de los ladrones cuando lo llevamos encima.
La razón por la que el BCE y compañía quieren eliminar el dinero físico es bien distinta: a los bancos centrales les preocupa la quiebra de los Estados
Sea como fuere, el BCE y la FED abogan por la desaparición de los billetes. ¿La justificación oficial? La lucha contra el narcotráfico y el blanqueo de capitales, algo que es cierto, pero solo en parte. Lo cierto es que este argumento no debería servir de justificación para la prohibición del dinero físico: está en juego algo superior como es la libertad personal de los ciudadanos a tener el dinero donde mejor les parezca. No, la verdadera razón por la que el BCE y compañía quieren eliminar el dinero físico es bien distinta y se remonta a lo que contamos hace una semana. Sí, a los bancos centrales les preocupa la quiebra de los Estados.
En otras palabras, se trata de forzar a los inversores para que hagan eso mismo, invertir. Y si la renta variable está como está, que opten por la renta fija, concretamente por la deuda pública. En cualquier caso, se trata de evitar que guarden el dinero debajo del colchón, lugar inaccesible para Hacienda, y de que no dejen de financiar a los políticos irresponsables que no paran de emitir deuda pública.
Todo es más manejable y más controlable si es digital. Y no es casualidad que las entidades hayan comenzado a restringir el horario de caja de las sucursales.