En  tiempos donde se retuerce la letra de la ley y se mancilla su espíritu, Francisco Reynés, presidente de Naturgy, ha dado una lección de ética y ha hecho justamente lo contrario.

Reynés ha dimitido como consejero independiente de la francesa Veolia, una de las principales multinacionales europeas. 

Nada le obligaba a hacerlo pero consideró que es lo que tenía que hacer, al ser presidente de Naturgy, cuyo primer accionista es Criteria. 

Recuerden que Criteria ha adquirido el 5% del capital de Veolia, con derecho al nombramiento de un consejero. Así, para que nadie pueda alegar que Criteria ya contaba con un consejero en Veolia y que el consejo de la sociedad industrial decida con entera libertad quién será su representante, Reynés ha preferido abandonar el cargo en Veolia sin que nadie se lo haya pedido.

No tenía por qué hacerlo, dado que él era consejero independiente de la francesa y obviamente quien ahora nombre Criteria tendrá categoría de dominical pero...

En otras palabras, Reynés ha ido más allá de la letra e incluso del espíritu de la ley. Con tantos abusos en el Ibex 35 este rasgo merece un aplauso. Y no pasaría nada porque cundiese el ejemplo.