“Si nos comparamos con otros países, podemos ver cómo el consumo de cemento per cápita de España, con unos 317 kg/hab./año, se encuentra un 34% por debajo de los 480 kg/hab./año de la media europea", advierte Alan Svaiter, presidente de Oficemen
La economía española no va tan bien como el Gobierno Sánchez presume y no sólo porque pese a que el PIB haya crecido un 2,5% en 2023, la productividad desciende y los españoles somos más pobres que hace 15 años. Y es que el consumo de cemento ha bajado en 2023 un 2,9% y encadena cinco años de estancamiento.
Así lo ha referido la patronal Oficemen al señalar que el consumo de cemento se situó en 14,5 millones de toneladas el año pasado por la inestabilidad económica y las consecuencias post-Covid. Y ojo, porque prevé que dicho consumo se mantenga plano este año porque las cementeras están funcionando al 50% de sus capacidades (la cual permitiría unos 32 millones de toneladas anuales), lejos de los más de 60 millones de toneladas que se producían entre los años 2006 y 2009 cuando se vivía un boom en la construcción, que después se fue al traste con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria.
“Si nos comparamos con otros países, podemos ver cómo el consumo de cemento per cápita de España, con unos 317 kg/hab./año, se encuentra un 34% por debajo de los 480 kg/hab./año de la media europea. Por poner como ejemplo a nuestro país vecino, con un consumo de cemento per cápita como el que actualmente tiene Portugal, España tendría un consumo anual de cemento por encima de los 20 millones de toneladas, una cifra más ajustada al tamaño, orografía y PIB de nuestro país que la actual, por lo que en el medio y largo plazo confiamos en la oportunidad de crecimiento del mercado local”, ha subrayado el presidente de Oficemen, Alan Svaiter.
Oficemen también ha pedido ayudas a las Administraciones Públicas para lograr los objetivos de descarbonización.