Las empresas del Ibex ya no invierten en España aunque tengan su sede social en nuestro país
La economía española podrá crecer más o menos -se trata, eso sí, de un crecimiento ficticio, basado en un gasto público tan descomunal como insostenible-, pero lo que sí está paraliza es la inversión privada y eso, estimado lector, son palabras mayores.
Porque si las empresas no invierten la economía de los españoles no crece y algo que no crece, mengua. Según el Banco de España, la inversión empresarial continúa un 5% por debajo de los niveles previos a la pandemia y no se recuperará, atención, hasta finales de 2025 o principios de 2026. No es que estemos como en la pandemia, es que estamos peor y seguiremos así dos años más, en el mejor de los casos.
En este punto conviene distinguir entre inversión y la mera compra de acciones, que no es una inversión sino un cambio de control. Por ejemplo, la opa de la húngara Magyar Vagon sobre Talgo no implica crecimiento alguno sino únicamente un cambio de control en la compañía ferroviaria aprovechando que sus acciones están baratas.
Pablo Hernández de Cos habla, directamente, de “atonía” de la inversión privada que, si no recupera los niveles previos al Covid, “puede tener consecuencias negativas para el crecimiento potencial futuro de la economía”
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, habla directamente de “atonía” de la inversión privada que, si no recupera los niveles previos a la pandemia, como así está sucediendo, “puede tener consecuencias negativas para el crecimiento potencial futuro de la economía”, afirmó en una entrevista reciente en El Periódico.
Varios son los motivos por los que el Ibex ya no invierte en España, pero hay uno que sobresale sobre los demás y apenas se cita: la asfixiante burocracia que hay que cumplir para dar cualquier paso hacia delante. Una burocracia que ya era elevada hace una década, pero que se ha disparado desde que Pedro Sánchez reside en La Moncloa. Por ejemplo, el papeleo relacionado con las exigencias medio ambientales, cada vez más numerosas y exigentes.
El Ibex ya no invierte en España. ¿Seguro que vamos por el buen camino?