
Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) no sólo va bien en resultados, sino que continúa elevando su cartera de pedidos, la cual está en máximos históricos. En esto contribuye Francia, curiosamente, donde también lleva delantera a Talgo y le va mucho mejor que a Renfe. Y es que ha logrado un nuevo contrato por unos 250 millones de euros.
El fabricante vasco de trenes y autobuses suministra 22 trenes regionales Régiolis (los cuales son eléctricos) al operador francés SNCF Voyageurs con destino la Région Sud (Provenza-Alpes-Costa Azul). Con este nuevo pedido, “renueva su confianza en el consorcio CAF-Alstom”, según ha destacado. Nuevos trenes que complementarán la actual flota de 17 unidades que suministró anteriormente en dicha región francesa y sustituirán los que operan en las líneas de Marsella-Aubagne-Toulon-Hyères y de Marsella-Toulon-Les Arcs Draguignan.
Un nuevo contrato que no ha recibido aplauso bursátil, pues la cotización ha descendido un 1,84%, Quizá en esto haya influido el hecho de que los nuevos trenes adjudicados serán diseñados y fabricados en la planta que CAF tiene en Reichshoffen, situada en la región francesa de Alsacia. Un descenso en bolsa que no habrá gustado a sus accionistas, entre los que destacan: sus propios empleados (dueños del 24,973% del capital) y el PNV, pues la Bilbao Bizkaia Kutxa Fundación Bancaria posee un 13,231% (un 10,231% lo controla a través de Kutxabank y un 3% de forma indirecta) y el Instituto Vasco de Finanzas tiene un 3%. Eso sí, el PNV injiere mucho más en Talgo, tras entrar en su capital.
Por su parte, el fabricante ferroviario galo Alstom se encargará de suministrar parte de los equipos de dichos trenes. Recuerden que la fábrica de Reichshoffen se la compró CAF a Alstom en agosto de 2022, junto a las plataformas Coradia Polyvalent y Talent 3, por 75 millones. Se trató de una venta que el fabricante ferroviario galo tuvo que hacer para cumplir las condiciones que le habían puesto las autoridades regulatorias para aprobar la compra del negocio ferroviario de la compañía canadiense Bombardier. Además, el fabricante vasco de trenes y autobuses, que preside Andrés Arizkorreta y dirige Javier Martínez Ojinaga, tiene una segunda planta en el país vecino, situada en Bagnères-de-Bigorre, donde fabrica tranvías y trenes cortos; mientras que en la de Reichshoffen se producen trenes con una longitud superior a 50 metros.
El nuevo contrato que se ha adjudicado CAF en Francia se suma a otros recibidos en los que va de año. En el primer trimestre, se hizo con el suministro de 19 tranvías Urbos, piezas del parque y herramientas especiales. Y el pasado julio, logró un contrato para 38 tranvías para la ciudad de Grenoble (ampliables en nueve unidades) y otro que incluía 14 trenes regionales de la plataforma Coradia Polyvalent y 15 intercities eléctricos y nueve TER bi-modo, por 300 millones. Desde 2019, CAF se ha convertido en un actor clave del panorama ferroviario francés gracias a sus éxitos comerciales y su compromiso industrial.
Recuerden que CAF cerró los nueve primeros meses del año con la cartera de pedidos en niveles récord, alcanzando los 15.579 millones (13.262 millones del negocio ferroviario y 2.317 millones de autobuses Solaris). Ahora esta cifra se vuelve a incrementar y supone un aumento de la carga de trabajo y de la capacidad industrial, en la que contribuye Francia. Esto último no sucede en el caso de Talgo, que tiene un problema de capacidad industrial y logró un contrato en el país vecino con el operador privado Le Train para suministrarle 10 trenes de alta velocidad Avril, los cuales están haciendo la homologación que necesitan para circular por la red francesa de SNCF.
Por su parte, Renfe también quería destinar trenes Avril a Francia, en concreto, al corredor Lyon-París, pero aún no ha logrado homologación para llegar a la capital gala... y el tema podría demorarse a 2029, mientras espera el estreno de la ruta Barcelona-Toulousse, que se suspendió sine die el pasado abril. Y recuerden que el operador ferroviario español tuvo que armarse de paciencia para volver a operar las rutas de Barcelona-Lyon y Madrid-Barcelona-Marsella, después de que SNCF rompiera de forma unilateral la sociedad conjunta (Elipsos) que compartían con trayectos entre España y Francia, pero aún no ha podido llegar a París... mientras en nuestro país se le han abierto de par en par las puertas a Ouigo.












