
Talgo no remonta en resultados, pues en los nueve primeros meses, ha obtenido menos ingresos y un resultado bruto de explotación (ebitda) negativo. Eso sí, ahora no es por culpa de la multa que le puso Renfe por el retraso en las entregas de los trenes Avril, sino por el ajuste de su proyecto para Deutsche Bahn (DB) en Alemania y por el impacto del cierre de un proceso judicial relacionado con un proyecto de Los Angeles County Metropolitan Transportation Authority (Lacmta) en EEUU.
El fabricante ferroviario ha bajado sus ingresos un 11%, a 443,1 millones de euros. Por su parte, el ebitda ha sido de -3,3 millones, algo menos negativo que el obtenido en el primer semestre (-16,5 millones), pero no ha informado de la evolución del resultado neto, después de haber cerrado junio con unos números rojos de 65,7 millones. Sin los citados impactos, los ingresos habrían ascendido a 480,6 millones y el ebitda habría sido de 36,6 millones.
Talgo ha señalado que en el tercer trimestre Deutsche Bahn (DB) ha registrado la certificación y entrega de las primeras unidades Talgo 230, que prestarán servicio bajo el nombre ICE L a partir de diciembre. Eso sí, continúan las negociaciones para reducir el alcance del contrato de fabricación de dichos trenes de 79 a 60, un ajuste que se ha notado en los resultados. Y la cartera de pedidos cerró los nueve primeros meses en 4.813 millones y espera que supere los 7.000 millones una vez se cumplan las condiciones precedentes y se formalicen los contratos ya adjudicados.
De cara al conjunto del año, Talgo prevé ingresar más de 600 millones, excluyendo el impacto del contrato con DB; y obtener un ebitda de 40-50 millones, sin los impactos de DB y Lacmta, y cercano a cero si se tienen en cuenta. También espera formalizar contratos adicionales que le permitan cerrar el año con la cartera de pedidos en nuevos máximos históricos y récord de adjudicaciones, y entre estas se encuentra el suministro y mantenimiento de 65 trenes de alta velocidad que le encargó la compañía alemana de servicios internacionales de autobús y tren de larga distancia Flix el pasado mayo por 2.400 millones. Además, sigue con una estrategia comercial selectiva, centrada en proyectos con cláusulas de indexación y perfil de caja positivo; y participa en oportunidades que superan los 16.900 millones. Eso sí, debe mejorar en su problema de capacidad industrial.
En paralelo, Talgo afronta la entrada del consorcio vasco liderado por Sidenor en su capital y también del Estado (a través de la SEPI), así como la aprobación de un plan de financiación por 770 millones y de una nueva línea de avales sindicada con cobertura de CESCE por 500 millones. Estos temas se votarán en la Junta Extraordinaria de Accionistas del próximo 12 de diciembre. El consorcio vasco entrará en el capital a través de un bono convertible en acciones por 75 millones y la SEPI lo hará a través de otro por 30 millones y una ampliación de capital de 45 millones.











