La bombona de butano se considera la energía de los pobres al ser la más barata, pues el cliente sólo paga por lo que consume, y ahora trae algo de alegría. Su precio ‘se ha cogido vacaciones’ y bajará un 5%, a 17,11 euros, tras cinco subidas consecutivas.

Este abaratamiento del 5%, frente a los 18 euros que costaba desde el pasado mayo, se debe a que la bajada del 14,86% en las cotizaciones de las materias primas -propano y butano- ha compensado el incremento del 30,59% en los fletes -o sea, el transporte-. Se trata del primer descenso en el precio de la bombona que se da desde que Sara Aagesen relevó a Teresa Ribera en la vicepresidencia tercera y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico el pasado 25 de noviembre.

Desde que empezó el tercer Gobierno Sánchez el 16 de noviembre de 2023, la considerada como energía de los pobres acumula ya tres subidas, dos descensos, otras cinco alzas y una bajada

España es una excepción dentro del negocio europeo de butano, porque tiene su precio regulado, mientras que en otros países se ha liberalizado. Aquí el precio se revisa de forma bimensual el tercer martes de los meses impares en función del coste de la materia prima, el coste de los fletes y la evolución del tipo de cambio euro-dólar. La revisión al alza o a la baja se limitaba al 5% como máximo, pero temporalmente se podrá sobrepasar dicho tope, tras la orden ministerial TED/211/2025 del pasado 4 de marzo, que actualizó el valor del coste de comercialización para garantizar el suministro de gas licuado del petróleo (GLP) envasado a los consumidores en sus hogares, con el fin de intentar dar respuesta a las quejas de la Federación Española de Distribuidores de Gases Licuados del Petróleo (FEDGLP).

A partir del próximo martes 15 de julio, la bombona de butano costará 17,11 euros, tras cinco subidas consecutivas (en concreto, las de septiembre y noviembre de 2024, y las de enero, marzo y mayo de este año). Desde que empezó el tercer Gobierno Sánchez el 16 de noviembre de 2023, la considerada como energía de los pobres acumula ya tres subidas, dos descensos, otras cinco alzas y una bajada.

Es cierto que el consumo de envases de GLP se ha movido a la baja en la última década, pues ha caído más de un 25% entre 2010 y 2021, hasta 64,5 millones. Sin embargo, ocho millones de hogares la consumen y siguen disfrutando de sus ventajas: versatilidad -múltiples usos-, alto poder calorífico y fácil de mover. Además, sólo pagan por lo que consumen, no por los costes de transporte, almacenamiento y venta al por mayor de productos crudos o refinados del petróleo. Recuerden que el precio de la bombona de butano era una de las cosas que más inquietaba a Ana Botella, en los tiempos en que gobernaba su marido, el pepero José María Aznar, es decir, entre mayo de 1996 y abril de 2004). Eso sí, no sólo beneficiaba a los pobres, sino también a Juan Abelló para viajar con su Mercedes-Benz por su finca.